Estos días en los que no puedo caminar me siento fatal, estoy diseñado, física y psicológicamente, para el movimiento, y entro en barrena solo de pensar en tener secuelas que impidan en el futuro seguir con mis caminatas sin rumbo.
Una de las más interesantes que ahora haría encantado es la que hice varias veces en la playa de la Vallina, en Cudillero.
Se trata de una playa kilométrica, y de una belleza intensa y dura, sobre todo si se hace un día con frío y temporal del Oeste. Aunque tiene un pequeño aparcamiento en su lado Este, recomiendo totalmente bajar a pie, no os llevará más de 15', y desde la 1/2 del camino ya veréis unas vistas de la playa de auténtico lujo.
Se llega por la Autovía del Cantábrico, cercana a Novellana, saliendo por la carreterina que va al Cabo Vidío. Se toma una desviación a la izquierda en dirección a Vivigo, y desde allí, dejando el coche al lado de un chalet en el que siempre dejo un par de litros de babas, ¡quién fuese su dueño!, sale una pista, por la que pueden bajar coches altos, aunque si es la 1ª vez que vais, ¡hay que ir andando, merece la pena!
Porque además os encontraréis un paisaje a la bajada impresionante, con los molinos que, ya abandonados, nos ofrecen una estampa maravillosa.
Y en cuanto piséis la arena, más maravilla, mirando hacia el Oeste, ¡qué ganas de volver!
Como ya os dije, es una playa virgen, dura, no apta para pusilánimes, la arena es muy gruesa, y hay un depósito inmenso en la base de la playa, producto de los temporales, que llegan a cubrir la playa por completo, así que hay un escalón hacia el mar increíble, y por el camino varias pequeñas cascadas, de arroyos que aún aumentan la sensación de erosión constante.
Y es que esta playa no es fácil ni cómoda, razón por la que no la recomiendo para echar la toalla en verano, pero sí que es interesantísima por sus posibilidades paisajísticas, y porqué no decirlo, espirituales.
Cuando te sitúas de espalda a la ladera, con el mar frente a ti y las olas sacuden fuerte, te envuelve un sonido abrumador, las piedras, el agua, la marea, difícil describirlo, tenéis que probarlo.
Y si llegáis a la orilla Oeste, un camino que sube hasta la localidad de Albuerne os dará nuevas vistas de esta playa que nadie con un mínimo de sensibilidad debería dejar de visitar.
EXPECTACULARES !!!!!
ResponderEliminarVaya fotazas que te has marcao.
Salud !!
Ya son ya del año pasado, Xurde.
ResponderEliminarEl mérito es de la playa, que es un lujo para cualquier fotógrafo.