Hoy en día que están de moda los emprendedores, sea cual sea el significado de la palabreja, habría que fijarse en las ardillas (Sciurus vulgaris) del Parque Isabel de Gijón.
Se las agencian para sacar comida de todas partes, ya sea robándola de los comederos, haciendo carantoñas para que los niños se la tiren, o posando pacientemente para las ancianitas que de premio les regalan todo tipo de golosinas.
Y es que a cualquier hora del día que vayas, están buscando y/o deglutiendo y/o escondiendo comida.
Pero no es para menos, porque de ellas dependen unos "empleados" que sobreviven al invierno siguiendo a las ardillas a todas partes.
Porque ningún niño o ancianita en su sano juicio les daría chocolate, gusanitos, pipas, nueces o pan a la corneja (Corvus corone) o a la gaviota sombría de 1er invierno (Larus fuscus).
Pero las ardillas olvidan dónde escondieron tan abundantes viandas, y se les cae mucha comida mientras comen en las ramas, y estas aves (más alguna otra gaviota sombría adulta también hiperespecializada en ser comensal de las ardillas) se aprovechan de la circunstancia.
Así que, donde hay ardillas "trabajando" siempre están estas aves, también muy inteligentes, siguiéndolas a todas partes, y viviendo de tan peculiar "reparto de beneficios". A ver si algún día las hacen socias de la empresa y la gente empieza a echarles comida también a ellas.
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