domingo, 31 de diciembre de 2017

Por el Buey Muertu

La última entrada del año para recomendaros una montaña la mar de apañada para hacer excursiones de invierno: El Buey Muertu.










Es una montaña muy fácil, que se asciende desde varios puntos, nosotros lo hicimos desde la carretera que asciende desde Yernes, y no nos decepcionó: es el último  pico por encima de los 1.000 metros antes de caer en la Cuenca Central Asturiana, y las vistas, como esta hacia las sierras de Begega y Manteca, a la vera del Narcea, son estupendas.



Al tener un perfil muy alomado, es ideal para ir con niños o personas poco acostumbradas a caminar, y no tiene dificultad técnica ninguna.



Como veis, el recorrido es sencillo y al ir por la cresta, con vistas aseguradas.













Y la vuelta, mirando a la Loral, una maravilla. Si además está nevado, el paisaje es una preciosidad, son picos ambos que al estar en un balcón sobre Oviedo, se ven perfectamente desde Gijón, Oviedo y gran parte del centro de Asturias, sirviendo el Buey Muertu y la Loral como referencias de cuál es la cota de la nieve (sobre los 1.000 y 1.2000 msnm respectivamente).









viernes, 29 de diciembre de 2017

Algunas rapaces: Milano real, aguilucho pálido...

Pongo 3 aves rapaces que me prestó ver a finales de otoño:

Un milano real (Milvus milvus) observado en Yernes en un fin de semana en el que pude ver 3 ejemplares de esta misma especie en sitios tan distintos como Anleo en Navia, la Y Gijón - Oviedo y este de la media montaña central asturiana.









Coincidió con una arribada grande de ejemplares de esta especie, nada común en esta época, a la costa noroccidental de la Península.













Un precioso macho de aguilucho pálido (Circus cyaneus), también en Yernes.











Este terreno de media montaña, pastizales y claros con bosquetes y matorral es muy querencioso para esta especie, pero cada vez escasea más en Asturias.









Finalizo con una guapa hembra de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus). No es nada extraño ver a esta especie en Asturias, pero a esta hembra en particular, muy esquiva, con territorio de caza en Coneo, Cabu Peñes, le tenía muchas ganas, ya que siempre que me acerco vuela a mucha distancia. Esta vez me toleró bastante bien.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Mariposas de esta temporada: Lycaenidae.

Muchas licenas vi, no tantas fotografié, son complicadas y pequeñas.
Empiezo por la naranjitas rabicorta (Cupido argiades), fotografiada en Muros del Nalón, en agosto.









Muy abundante en cualquier excursión de montaña, la morena serrana (Aricia montensis), en este caso de la Casa Mieres, en las Ubiñas, en julio.












La niña esmaltada (Lycaedes idas), también de las Ubiñas, en este caso Socellares, en agosto.











La niña coridón (Polyommatus coridon), del Aramo en julio, es raro verla así en solitario.









Mucho más frecuente así, en una buena boñiga de vaca, y en compañía.











Parece mentira qué guapas y qué cochinas...














Finalizo con un ícaro (Polyommatus icarus), en la Collada de Arnicio, Caso, a mediados de octubre.










miércoles, 27 de diciembre de 2017

Mariposas de esta temporada: Pieridae y Papilionidae

Empiezo con la para mí mariposa más guapa que se ve en Asturias, la macaón (Papilio machaon), la única de la familia papilionidae que pude fotografiar decentemente.
En la Sierra del Aramo, en julio.











De los abundantísimos piéridos, comienzo con la coleas mayor (Colias croceus), muy abundante y llamativa, esta es de octubre en el Cabu Peñes.
















También muy bonita la blanquiverdosa (Pontia daplidice), fotografiada en mis vacaciones, en Lariño, A Coruña, en julio.





Y ya mucho más discreta, e hiperabundante, la blanquita de la col (Pieris rapae), en septiembre en el Cabu Peñes.







martes, 26 de diciembre de 2017

Mariposas de esta temporada: Nymphalidae.

Empiezo esta serie con algunas de las mariposas que pude fotografiar medianamente curiosas esta temporada.
Empiezo por la familia Nymphalidae, y precisamente con la única mariposa que se ve todavía por estas fechas, aunque muy escasa, la mariposa de los muros (Pararge aegeria).

Esta fue vista en agosto en la Campa Torres.












Relativamente parecida es la aretusa (Arethusa arethusana), con su típica y reducida colonia del Cabu Torres. Vista en septiembre.













En los mismos tonos marrones pero muy diferente, la muy frecuente en verano en la campiña asturiana loba (Maniola jurtina). Este es un macho, de la Campa Torres, en junio.
















Seguimos con tonos ocres y con mariposas muy frecuentes en la costa, es la lobito agreste (Pyronia tithonus). Fotografiada en el Cabu Peñes en septiembre.








Bastante más espectacular con la misma combinación de colores, es la pedregosa (Lassiomata maera), frecuente en verano en cualquier montaña asturiana. Esta es de Puertu Ventana, en septiembre.










Con las alas plegadas es elegantísima. Moncuevu, Aramo, en julio.











Pasando a las erebias, tenemos una erebia común (Erebia meolans), vista en Socellares en agosto.












La sortijitas (Aphantopus hyperantus) fue vista en terreno distinto al habitual, ya que la vimos en un acantilado costero en Cudillero, siendo mariposa más frecuentemente de media montaña.










El sátiro común (Hipparchia semele), abundante en la montaña asturiana, esta es del Aramo de julio.














La misma especie con un ejemplar en Caso, en octubre, muy clarito.













Otro sátiro, la medioluto norteña (Melanergia galathea), en la Campa Torres, en junio.














Y dejamos para el final 2 mariposas bien llamativas, la atalanta (Vanessa atalanta), gran migradora que se dejó ver muy abundante casi por toda la provincia a finales del verano y hasta bien entrado el otoño, esta es del Cabu Peñes en septiembre.








Finalizo con una guapísima ortiguera (Aglais urticae), en el Aramo en julio.










lunes, 25 de diciembre de 2017

Arnao-Villadún-Penarronda de pajareo.

Este triángulo siempre fue una zona caliente de pajareo en Asturias, y allí me fui, no encontré nada fuera de lo común, más allá de los chorlitos dorados que ya os puse, pero la densidad de aves fue tremenda y los paisajes que se bordean estoy seguro que curan varias enfermedades.









Ya desde la playa de Arnao buenas cifras de bisbitas pratenses (Anthus pratensis).

Por decenas en algunos puntos, escuché su reclamo todo el camino.













Los cistícolas buitrones (Cisticola juncidis) abundaban también, con menor densidad.













Las cornejas negras (Corvus corone) forman parte también del paisaje vivo.












A mitad de camino, la charca de Arnao, un pequeño oasis para las acuáticas de la zona.

La identifiqué primero erróneamente como charca de Villadún, pero Gilberto Sánchez, ornitólogo local, me aclaró el error.









Saliendo el Sol, y con una rasca importante, había muchos pajarinos alrededor: currucas capirotadas, ruiseñores bastardos, escribanos soteños...los reyezuelos listados (Regulus ignicapilla) se acercaron bastante.













En el agua, media docena de cercetas comunes (Anas crecca).







Una pareja de ánades azulones (Anas platyrynchos).








Y una asustadiza gallineta común (Gallinula chloropus).












Levitando sobre las aguas, una lavandera cascadeña (Motacilla cinerea).










A partir de ahí, el camino discurre hacia Villadún, bonita población llena de fincas con buenas poblaciones de aves, para empezar en el propio pueblo había una veintena de garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) acompañando al ganado.







Da gusto ver sitios en los que los gorriones comunes (Passer domesticus) aún se desenvuelven bien.












La combinación de casas antiguas, tierras de labor y ganado hacen milagros para esta especie.













También les encanta este paisaje y paisanaje a los estorninos negros (Sturnus unicolor).












No había casa sin estornino vigilante.






Ya llegando a Penarronda, el paisaje al Sol Naciente está pidiendo un artista que lo pinte, menudos colores.

A pesar de lo placentero de la bajada a la playa, las gaviotas sombrías y patiamarillas (Larus fuscus /michahellis) son las únicas presentes, y sin anillas.




Pues nada, hacemos un 8 y volvemos entre tierras de ballico, maíz y vacas, con un montón de mirlos comunes,  y como más sobresaliente, varias decenas de zorzales comunes (Turdus philomelos), sin rastro todavía, a mediados de noviembre de los alirrojos.











Petirrojos (Erithacus rubecula).











Y muchos fringílidos, verderones comunes, pardillos comunes, y abundantísimos los pinzones vulgares (Fringilla coelebs).











Caminando caminando, llegamos a la vertical de la ría del Eo, un terreno ya más despejado, muy propio para la tarabilla común (Saxicola rubicola).







Siempre por parejas.










Y a la vista ya de la isla Pancha, terminamos una prestosa mañana de paisaje y pajareo.