Como viene siendo, por desgracia, habitual en estos últimos inviernos, la invernada en la gijonesa playa del Arbeyal fue muy floja este año. Puntualmente, y en mi caso muy lejanos, se pudieron ver somormujos cuellirrojos y colimbo grande, pero tan lejos que ni una foto decente pude sacar. Del resto, algún retazo, como este somormujo lavanco (Podiceps cristatus).
De sus colegas los zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), nunca observé más de 5 el mismo día, una cifra baja.
Sí fue alto el número de negrones comunes (Melanitta nigra).
Normalmente muy lejanas, al menos con la marea subiendo se acercaban algo, la gran población de cangrejos de esta playa fue un maná para las negronas.
Hasta 8 ejemplares simultáneamente llegué a ver.
Los habituales gaviotas sombría, reidora, cabecinegra y patiamarillas, y los locales cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis).
Y poco más. Salvo los primeros días del otoño, este año apenas hubo climatología invernal, y se notó: ni colimbos, ni gaviotas blancas, ni haveldas, ni serretas, ni álcidos. Un desastre el cambio climático.
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