

Uno de los mejores sitios que conozco para verlo con tranquilidad es el parque Isabel de Gijón.


Utilizan sus ramillas como posadero desde el que lanzar constantes vuelos rasantes en busca de los insectos que consumen sin parar.


Se puede pasar uno horas observándolos, y ellos parecen estar también muy tranquilos y concentrados en su labor. Aguantarán todo el invierno y parte de la primavera, cuando se les unirán en este mismo lugar mosquiteros musicales en paso e ibéricos residentes, y si hay suerte, durante unos días convivirán las 3 especies volviendo locos a los que intentemos clasificarlos.
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