Hicimos a principios de diciembre una guapa ruta saliendo desde el parking de la ruta del Prerrománico. Una ruta bien sencilla pero muy agradable.
Salimos directos a buscar, por el sendero que va entre bosquetes, el cordal del Monte Naranco, hacia la cima del Paisano, y desde allí hacia el Este, fuimos perdiendo altura y disfrutando de las vistas sobre Oviedo, hasta el punto de partida.
Son unos 7 kilómetros, con pendientes perfectamente soportables (íbamos con niños) y que ya sólo por las vistas merecen la pena.
Lo primero que nos encontramos fue San Miguel de Lillo. esta maravilla prerrománica del S. IX, pese a estar incompleta en sus 2/3 principlaes por un desprendimiento de tierras ya en el S. XIV, conserva un encanto especial, y con la última restauración se devolvió mucho de su esplendor.
La subida al cordal del Monte Naranco es muy amena, y enseguida se llega a un punto en el que empieza a verse un panorama increíble de la Cordillera Cantábrica.
Corona la ruta en el Paisano, con la célebre estatua del Sagrado Corazón de Jesús, de 1950.
Desde allí las vistas ya son difíciles de describir, ya que se domina casi toda la Asturias Central, con decenas de picos bien conocidos y muy queridos.
Con unos prismáticos y un teleobjetivo da para estar muchas horas de diversión. por ejemplo, se ven todos los grandes monumentos ovetenses, como la Catedral de San Salvador de Oviedo. De hecho, se ve mejor y se entiende mejor el gótico del conjunto desde aquí, en vista aérea, que a pie de la catedral.
Hacia la costa, se ven perfectamente todos los concejos centrales, Gijón incluido, esta es la vista hacia el puerto, con el Elogio del Horizonte cerrando, pues eso, el horizonte.
Hacia la Cordillera Cantábrica, excelentes las vistas hacia el Monsacro, el Aramo y finalmente el Macizo de Ubiña.
Pero sin duda las vistas más espectaculares son hacia Picos de Europa. Pese a los 75 kilómetros lineales que separan picos y Naranco, se ve en detalle. De izquierda a derecha, podemos ver sin ningún problema Torrecerredo, en el Macizo central, y la Torre de Santa maría de Enol y peña Santa de Castilla, en el Macizo Occidental. De postal. Peña Mayor delante.
Forzando el teleobjetivo, vemos el precioso conjunto del Macizo Occidental, con la Torre de Santa maría, las Torres de Cebolleda, Torre de La Horcada, Torre de Enmedio, Las tres Marías, y...la inmensa mole de la Peña Santa de Castilla.
Ya bajando desde este oteadero fenomenal, vamos enlazando senderos por el Monte Naranco sin pérdida, hacia Oviedo, que ya empieza a aparecer a media ladera en toda su extensión.
Y ya llegamos de nuevo al Prerrománico, con su mayor joya, Santa María del Naranco, espectacular siempre.
Esta aula regia transformada en iglesia en época muy posterior tiene una arquitectura tan peculiar como curiosa, es austera, y de proporciones relativamente pequeñas, pero es un ejemplo único e irrepetible en el arte mundial, y uno nunca se cansa de dar vueltas alrededor y descubrir nuevos detalles. A veces ves ecos de la época romana, otras, arquitecura carolingia, otras veces, visigótica por extinguir, otras anticipas el románico por venir...imprescindible.
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