Pues también vimos 4 zampullines cuellinegros
(Podiceps nigricollis), deambulando por toda la ensenada, a su estilo: unos
segundos sobre el agua, y unos minutos por debajo.
Lo que hace muy complicado el proceso de
seguimiento, y te vuelve un poco loco si los buscas con el telescopio.
A prismáticos y teleobjetivo, la cosa se
simplifica en teoría, porque además se mueven constantemente y les cuesta darte el perfil bueno.
Porque lo que todos esperamos es llegar a ver esos ojos sanguinolentos.
Sobre todo si se acercan tanto como estos: yo
si no les veo los ojos rojo sangre, es que no están a suficiente distancia para
hacer una foto curiosa, y estos a la vista está que se acercaron bastante.
Pero con bichos tan guapos, nunca es suficiente: seguiremos tentando a la suerte otro día.
Esos ojos son únicos, qué preciosidad! Pero tienes razón, hay que sacar unas cuantas fotos para que alguna salga decente, es que no paran quietos!
ResponderEliminarSaludos
Son un torbellino de actividad, y además con esa pinta de locuelos no dejan indiferente a ningún observador.
EliminarSon ojos o son rubíes? Lo has conseguido, perdón, lo habéis conseguido. Un saludo
ResponderEliminarPreciosos (a su manera) desde luego lo son...
EliminarHola iván
ResponderEliminarla verdad es que dan mucho juego al lugar cuando no hay "nada" que ver, éstos mejor o peor siempre aparecen por allí, por lo que hay que al menos tirarle alguna foto, verdad? aunque sea la misma repetida... jejeje
un saludo
Y que no falten Juan, mucho bromeamos sobre las miles de fotos de porrones que tenemos del Parque Isabel cuando no había más que ver, y ahora, este invierno, ni un porrón, y cómo se echan de menos.
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