Veo con envidia en los blogs de los compañeros
habituales excelentes fotos y reportajes sobre las arañas.
Por desgracia, soy incapaz de hacer nada
parecido, mi aracnofobia me lo impide.
Y eso que voy mejorando. Tengo peleao con
perros y gatos, soportado los picotazos de las gaviotas, no me asustan avispas
ni abejas, y cojo cuando puedo las serpientes con mis propias manos, pero si sé
que hay una araña en una habitación, ya ni me siento, y no digamos, dormir en
una cama sabiendo que comparto el espacio con algún arácnido, tengo dormido al
raso o en el coche por no coincidir con alguna araña en la casa.
Analizándolo, en la infravivienda en la que me
crié, fría, húmeda y con muchas grietas, nunca faltaban las arañas, algunas, tegenarias de tamaño monstruoso, y me asustaban mucho, y algunas veces me picaban, pero
también me picaban los mosquitos, y no me asustan en absoluto.
El diseño corporal de las arañas, con tantas
patas, peludas, y sus quelíceros brillantes, habitualmente causa pavor, pero un
centollo o una ñocla son mucho mayores, y no solo los cojo a mano descubierta,
es que me los como con gusto.
Las tarántulas, que son las
que más asco me dan, por esconderse en madrigueras y salir de improviso, y que me amargaron un par de vacaciones en Almería, podrían darme repulsión, pero no tengo el menor problema en salir con un truel y
meter la mano entre las rocas marinas aunque sepa que en ellas pueda haber cangrejos
tan grandes como una mano y con pinzas afiladas (curiosamente a mi hijo, que
quisiera tener una tarántula como mascota, le causan pánico los cangrejos).
No lo sé, en el fondo, supongo que todos
tenemos un punto flaco, y por mucho que te guste la naturaleza, hay un animal
totémico para cada persona que te quita el sueño y te hace levantar de la cama de un salto.
Reconozco la valía ecológica y el diseño
inigualable de los arácnidos, pero si por mi fuese, podrían desaparecer de la
evolución ya mismo.
Hablando de evolución, fue el mismísimo Darwin
quien reconocía el pánico profundo que le causaban los reduvios, a los que había conocido en sus escalas en Sudamérica, y que
lo sacaban literalmente de quicio, no pudiendo estudiarlos a fondo de manera objetiva, algo
insólito en un coleccionista entusiasta y compulsivo de espécimenes, que al describirlos, lo hacía desde el asco más absoluto.
En el caso de Darwin, era posiblemente
justificado, ya que se cree que pudo haber muerto con síntomas de la enfermedadde Chagas, transmitida precisamente por estos insectos.
En mi caso, no doy con una razón, más que la
puramente simbólica, pero estoy intentando racionalizarlo.
En el observatorio de Zeluán hay una buena
colonia de arañas, y por ahora soporto su convivencia cada vez mejor, y en el
despacho estoy tolerando estoicamente a la pareja de arañas de las casas (Pholcus phalangioides) que
encabeza esta foto, algo impensable hace poco tiempo, ya veremos cuando aumente
la familia si lo llevo tan bien…
Y de paso es la primera araña que clasifico, para mí es un reto ENORME.
Pero si me aparecen en casa, creo que la
vendo al mejor postor…la curación promete ser lenta.
Te advertiré con antelación el día que saque una de esas de la cruz a la que el macro ha convertido en un centollo. Un saludo
ResponderEliminar¡Eso sí es terapia de choque!!!
EliminarLas fobias son duras, lo bueno es que hay mucho bicho en el que fijarse y las arañas son una pequeña parte, seguro que tu las ves más. Hay muchos bichos que no llevo bien (garrapatas, tábanos...) Saludos
ResponderEliminarA mi me parece que hay muchas, demasiadas, jeje.
EliminarA mí las garrapatas me pican en masa y con frecuencia, me dan asquillo pero no repulsión, y los tábanos me acribillaron numerosas veces, pero los tolero...todos tenemos lo nuestro, me temo.
A mí, que vivo en el campo en Asturias, y por tanto en Arañilandia, siempre me han parecido simpáticas. Aunque he podido ver las sorrpendentes palideces de las visitas madrileñas al tratar de defender la bañera de un animal de cierto porte. Sin bargo, también tengo mi fobia. No me gustan las avispas, ni las garrapatas, ni las cucarachas, pero la fobia fobia ni la menciono, porque me da miedo de que alguien me gaste una bromita o algo... También me fui una vez de casa(en Madrid) por el dichoso bichejo.
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