Las formas de pesca de esta pardela capirotada
(Puffinus gravis) son menos refinadas que las del alcatraz, pero por la
cantidad de peces que se zamparon, creo que altamente efectivas.
Las pardelas, en gran número, seguían el
barco, y cuando localizaban comida de interés, paraban de una manera que me
pareció bastante torpe, frenando con las alas y extendiendo el tren de
aterrizaje.
Acababan de parar metiendo las patas en el
agua, peeeero, en ningún momento plagaban las alas.
Y así, en esta postura, impulsándose con las
alas, pero manteniéndolas fuera del agua, y metiendo la cabeza dentro del agua,
localizaban la presa y empezaban a avanzar.
Con el cuerpo bajo el agua, buceaban pero
sin calar profundo.
Una vez con el pico lleno, la voracidad era
tremenda, tragaban como poseídas.
Normal, porque tenían que soportar el acoso
inmediato, por parte de las gaviotas y de los págalos, que siempre estaban
cerca dando la lata.
Próxima entrada, pardelas sombrías: más
oscuras, más pequeñas, más rápidas, igual de tragonas.
Pues para manejar con gracia ese enorme velamen desplegado tiene que ser una artista. ..Muy bonita, y las fotos lo cantan.
ResponderEliminarCruzan océanos con una eficacia energética que ya quisiéramos poder igualar los humanos con nuestros aviones.
EliminarEstas pardelas bucean como yo...
ResponderEliminarJe, je, si además capturas peces como ellas, tienes la cena asegurada cada día, hjeje
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