Esta ave, que ya había visto desde los cabos asturianos, normalmente precedida (esa es la pista para localizarlos) por una gaviota o un charrán volando desquiciados, desde el catamarán aún impresiona mucho más.
Encontramos 2 clases de juveniles, estos primeros, a mi juicio, son de la variedad "brillante", y sí que lo eran, con un plumaje sorprendentemente rico en matices del color chocolate, y con el Sol parecían dorados.
Para ser un animal al que muchas veces se le tacha de algo así como monstruoso, estéticamente es una belleza.
A largas distancias, siempre me dio la impresión de volar bastante torpe y lento, pero metido en faena tenía un control extraordinario del vuelo y un dominio del viento perfecto.
Para desgracia de sus víctimas, como esta pardela capirotada.
Además de los matices del plumaje, comprobé el gran contraste y tamaño de las manchas alares blancas, que se ven desde lejos y caracterizan bien a estos págalos.
A diferencia de los adultos, aún presentan un pico relativamente débil, que irá creciendo hasta adquirir dimensiones peligrosas.
Además de estos ejemplares "lustrosos", había al menos uno que tenía el plumaje más apagado, menos llamativo.
Procuraré verlos con las luces encendidas y no a oscuras, para no pasar miedo...
ResponderEliminarDan bastante mal cuerpo...
EliminarSi estos ya impresionan... ¿que nos espera?
ResponderEliminarPues unos bichos diseñados para sobrevivir a lo peor que les pueda mandar la naturaleza y seguir tan panchos.
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