Iré especie por especie, y al final, pondré la crónica completa.
Vimos cientos de alcatraces (Morus bassanus), a escasos metros de nuestra posición, y realmente captas la maravilla que la evolución ha hecho con estas aves.
Posados en el agua, preciosos, nos dábamos
cuenta, a los escasos 10
metros de distancia a nosotros, de lo magnífico que es
el plumaje de los inmaduros, de sus ojos azules y su gran tamaño, que
sobrepasaba con mucho al de las pardelas que los rodeaba.
Son aves muy grandes, y muy activas, y para mantener ese ritmo tienen un apetito feroz.
Aunque cuando captabas su poderío era cuando
te pasaban al lado, costaba meterlos enteros en el encuadre de la cámara.
Con mucha diferencia, los más abundantes eran los ejemplares juveniles, nacidos este mismo año.
Los tengo vistos desde la costa por cientos, pero no es ni parecido a verlos a tu lado.
Y es que desde la costa estos juveniles se ven desgarbados y muy oscuros, pero una vez cerca de ellos te impresiona el intrincado dibujo de perlas blancas sobre mil matices del gris y del negro.
Y los ojos, relativamente grandes, son de un azul precioso, nunca los veré "feos" de nuevo.
Su agilidad volando es prodigiosa, teníamos una luz perfecta para verlos maniobrar y para fotografiarlos, pero me imagino que en medio de la borrasca, verlos pescar debe ser increíble.
Además de los ejemplares del año, bastantes
más escasos eran lo individuos en transición a la etapa adulta, como este, con su plumaje
en un quiero y no puedo, como este ejemplar de segundo año (2cy).
Y pocos, muy pocos, pero de una belleza que
emocionaba, fueron los adultos que se acercaron. ¡Buf! Que aves tan magníficas.
Pues en la próxima entrada, los veréis pescar. Espero que alucinéis tanto como yo lo hice en vivo.
Me alegra que te estés poniendo al día y nos enseñes el disfrute que te pegaste.
ResponderEliminarA mí siempre me gusta verlas, y es que siempre estoy deseoso de volver a repetir, si a ti te ocurre, mal asunto, ja,ja,ja, pues engancha.
Me temo que estoy enganchao hasta el tuétano, este año salí 3 veces, y el que viene me da a mí que van a ser más, es una maravilla.
EliminarUna pasada, mereció la pena el suspense
ResponderEliminarGracias, Miguel, fue una barrabasada de aves, espero no aburriros los próximos días con tantas fotos.
Eliminar¡¡Ya tardabas!!. La verdad que tiene que ser alucinante verse ahí en medio, rodeado de tanto bicho.
ResponderEliminarLo es, lo es, es un poco increíble cuando tienes miles (literalmente) de aves marinas rodeándote.
EliminarParece ser que había mayoría de jóvenes. Las veces que nosotros fuimos fue al revés. Es cierto que es muy emocionante verlos picar para pescar, y además con el reclamo tan característico que emiten, que sirve para estar alerta y pillarlos. Muy bue reportaje.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, sí, me sorprendió un poco la gran mayoría de juveniles, porque mi experiencia previa era que a estas alturas ya estaban migrando los adultos desde las colonias y los juveniles ya estaban por África, pero parece que todo iba retrasado.
EliminarQue bueno Iván. No hay mejor forma de disfrutarlos y aprender que en su medio, con ellos en la mar. El año que viene volveremos.
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