En un día lleno de niebla y frío que pensábamos que iba a ser soleado y cálido, apareció de la nada un bandito de lavanderas boyeras, 2 de las cuales eran de la raza centroeuropea (Motacilla flava flava).
2 machos, y uno de ellos se dejó fotografiar.
En los restos de las algas de los prados alrededor de Celorio eran felices localizando invertebrados.
Aunque malas, en las fotos se ven lo diferentes que son de nuestros machos de la raza iberiae.
Tal que así estaba la península de Borizu.
3 chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) se aprovechaban de la niebla para cazar insectos y pasar desapercibidas.
Pero aunque no se veían apenas, su áspera voz las delataba fácilmente.
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