Tuvimos la suerte de encontrarnos en un charco de marea en una playa de Cudillero con un ejemplar muy confiado y de gran tamaño (unos 15 centímetros) de
babosa crestada (Lipophrys pholis), el típico blénido de los pedreros asturianos que todo niño que haya tenido infancia (y no otra cosa) habrá capturado (para luego soltar, eso espero) con su truel. Hizo la delicia de los míos, por su tamaño y por su tranquilidad, lo que permitió echarle algunas fotos.
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