


Estaba lleno de artrópodos carroñeros por dentro, desde luego se habrán dado un buen festín estas últimas semanas, y en unos meses el esqueleto va a estar limpio y digno de exposición.

De las plantas que hablábamos, abundantes y variadas, la más llamativa porque tapizaba amplias zonas de la postduna, la algodonosa (Otanthus maritimus).

También muy frecuente en esta zona alejada del mar, la armeria de mar (Armeria pubigera).
Abundantes y espectaculares, los nardos marítimos (Pancratium maritimum).

Más cerca del mar, jugándosela cada invierno en su conquista de las dunas recién creadas, la lechetrezna de las dunas (Euphorbia paralias).

Misma situación la del ubicuo cardo marítimo (Eryngium maritimum).


Desde el observatorio, nada que ver, salvo pequeños pajarillos.


El zarcero políglota (Hippolais polyglotta) sí posó decentemente.

También las tarabillas comunes (Saxicola rubicola).

Buenos bandos de pardillo común (Carduelis cannabina).

Y afortunadamente, también de gorriones comunes (Passer domesticus).

En definitiva, un paseo muy agradable complementario a la deliciosa playa de Traba.

En invierno volveremos.
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