Tuvimos la gran oportunidad de disfrutar de la cercanía de 4 ejemplares de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) en plena parada nupcial.
Normal, porque es la época, ya se ven alguna parejas en el crudo invierno cantábrico anidando, y se les puede encontrar con sus mejores galas.
En el pantalán había un primer ejemplar, guapísimo, con el moño, el plumaje refulgiendo en tonos verdes, violetas, negros opalescentes...las manchas amarillas en la cabeza y el interior de la boca...enseguida apareció otro ejemplar.
Desde luego el amor estaba en el frío aire del NW que nos sacaba el calor del cuerpo.
Mucho entrecruzar de picos y cuellos, plumas de la cola erizadas...
...todo visto en directo a unas decenas de metros, un privilegio.
Alguna carrerita, amagos de me voy pero vuelvo...vamos, nada que nos sea ajeno a la mayoría de vertebrados con las hormonas a tope.
No faltaron las "carabinas". Cuando nos dimos cuenta, eran 4 los ejemplares, 3 adultos y un inmaduro, la cosa se enfrío.
El cormorán grande (Phalacrocorax carbo), con unas fechas reproductivas muy diferentes, los miraba con cara de vergüenza ajena. Ya le tocará...
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