Fui al puerto del Musel buscando lo típico un año normal por estas fechas (colimbos, álcidos, patos marinos y gaviotas blancas) y lo que me encontré fue calor y la lámina de agua practicamente vacía. Como consuelo, la gaviota sombría (Larus fuscus) más cercana que haya llenado jamás mi encuadre: a 150 mm, impasible, posiblemente aburrida.
Sería una maravilla si todas las gaviotas posasen como este 3er invierno.
No veo yo, por ejemplo, a este gran gavión atlántico (Larus marinus) de 1er invierno dejándose acercar tanto, se comería la cámara a picotazos seguramente.
Desde allí me fui al Arbeyal, desolador panorama, todo vacío. A lo lejos, paso abundante pero lejano de gaviotas tridáctilas y alcatraces, y más cerca, un par de charranes patinegros (Sterna sandvicensis).
Cuando todo falla con las aves, al menos siempre nos queda el maravilloso paisaje del anochecer, con el Cerro de Santa Catalina como protagonista.
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