
Mientras hacía esto, apareció un bando de 26 zarapitos trinadores (Numenius phaeopus).



Un buen montonín de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), la mayoría ya están mudando parte del plumaje, que al estar muy desgastado, les da un aspecto muy clarito.

Una solitaria garceta común (Egretta garzetta) aprovechaba la bendición diaria que es para las aves la marea baja, un auténtico supermercado que abre cada 6 horas.
Buena playa para enseñar cosas, la de Aramar, a ver si la actividad de verano de MAVEA que ayudo a organizar cada año la podemos hacer aquí.
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