Llegan las limícolas plenamente invernales, como los escasos y tradicionales correlimos oscuros (Calidris maritima).
Un invierno más, no faltan a su cita, solo pude localizar 2, espero que lleguen aún más.
Sería una pena absoluta que llegue el invierno en Gijón y no los veamos corriendo por los pedreros del Rinconín.
Mucho más abundantes, y siempre asociados a ellos, los vuelvepiedras (Arenaria interpres), aunque yo los veo todo el año, el refuerzo numérico, por encima del centenar normalmente, empieza a apreciarse ahora.
También se asocian los simpáticos vuelvepiedras con los correlimos comunes (Calidris alpina), en este caso, un ejemplar solitario.
Puede que sea de los pocos que eligen Gijón como hogar invernal, desde luego su plumaje es auténticamente de invierno.
También llevaba su pálido traje de invierno este correlimos tridáctilo (Calidris alba), que formaba parte de un bandito lejano a mi posición, de estos correlimos no dudo que prosigan viaje, seguramente, hasta parar al fin en costas del Oeste de África.
Por aquí han llegado muy pocos vuelvepiedras y oscuros este año, no sé si vienen con retraso o es que es invierno de escasez, a ver...
ResponderEliminarEntre que va todo atrasado y que cada vez son menos...negro futuro le veo a la especie.
EliminarVaya sitio guapu pa ver limis Ivan
ResponderEliminarSí, aunque entre los perros y la poca tranquilidad poco se puede aprovechar salvo en las horas más tempranas.
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