domingo, 25 de mayo de 2014

Desde Santurce a Bilbao (IV): Bilbao (I)

Pues desde Santurtzi nos fuimos a Bilbao en el excelente metro que te deja en pleno centro en menos de 20 minutos, sin tener que tocar el coche, fue un alivio.

El casco antiguo, de calles estrechas y mil tiendas sorprendentes, es una maravilla para callejear, y en pocos sitios te encuentras tan de sopetón una catedral gótica como esta de Santiago, encajada entre callejuelas.

Por desgracia, estaba cerrada, y es una pena porque el interior prometía mucho.










Bajando hacia la ría del Nervión nos encontramos el puente de las Arenas, un punto espectacular para dominar ambas márgenes del río.









Y mirando hacia el Suroeste, el gran teatro Arriaga dominando la panorámica.

Una joya del estilo ecléctico de finales del s. XIX.
Fachada Norte.












La fachada Sur tampoco desmerece en absoluto.

Caminamos hacia el Norte dejando atrás el casco antiguo, que nos deja esta última estampa de la bonita Iglesia de San Nicolás, que proyecta su barroco desde la misma fachada.











Vamos rodeando la ría hacia el Norte, encadenando puentes, ahora toca el puente del ayuntamiento y su pequeño parque, desde el que se ve esta espectacular panorámica de las modernas Torres Isozaki y el polémico puente Zubizuri, de Calatrava.

El contraste entre los 2 enormes edificios prismas y la arquitectura orgánica del puente es brutalmente atractivo.










Cruzamos el otrora resbaladizo (en todos los sentidos) puente, y ya estamos en el barrio de Abando, núcleo del dinero por estas latitudes, realmente impresiona la sensación de gran capital que exhala Bilbao en estos edificios, desde que subes por las rampas de Uribitarte.
















Tomamos el Ensanche, con calles anchas y muy comerciales, jalonadas de gran arquitectura a ambos lados, se te van los ojos con tanto edificio espectacular, por ejemplo en la arteria de López de Haro el edificio de la Diputación, hay decenas más igual de guapos.












En la Plaza Moyúa, en mitad de la Gran Vía de Bilbao, uno resopla porque es como para sentarse en el medio de la plaza y disfrutar de tanta buena arquitectura.

Y aquí tomamos uno de los brazos que salen de la plaza y nos vamos al Museo Guggenheim, que os contaré en la próxima entrada, no sin pasar antes por el edificio más alto del Norte de España, la Torre Iberdrola, una mole inmensa que impresiona, ya que se puede estar literalmente en en su base.
Para los asturianos que leáis esto, y os hagáis una idea, es vez y media la altura de la Torre de la Universidad Laboral, ¡alucinante!




Bueno, seguimos en la próxima entrada.










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