Bueno, nos largamos de la playa de la Güelga (ver última entrada) a buscar a los trigueros (Emberiza calandra) que me estaban taladrando el cerebro desde los acantilados de la playa.
Como ya sabéis, el canto de este pájaro, uno de los más inconfundibles que se pueden oír en Asturias, alcanza una distancia enorme.
Además, cantan en perchas en lo más alto de los matos, lo que hace que sean fácilmente localizables. Fácil, ¿no? Pues...no tanto, porque precisamente al cantar en lo más alto en espacios normalmente abiertos y bastante llanos, es muy difícil aproximarse sin que te vean, y vuelan escapando a distancias nada cortas, del orden de 100 metros o más, así que sigo sin tener una buena foto de los trigueros.
Quizás me decida a ir a la playa con el telescopio...porque si no me voy a cansar de perseguir fantasmas.
En total, en el caminillo que hay entre las 2 playas, que hay más o menos 2 kilómetros, caminando entre los matos, no precisamente en línea recta, atravesamos 3 territorios diferentes de trigueros, lo que es una buena noticia, porque hoy en día no abundan demasiado.
Y es que insisto: el tramo costero de Llanes es excelente para las aves, y tiene unos condicionantes edafológicos y climáticos, que lo hacen particularmente rico en variedad de microecosistemas de lo más gozosos.
Por ejemplo, abunda el aladierno (Rhamnus alaternus), un arbusto termófilo, al que además le gusta mucho la caliza.
Y con tanto arbusto diseminado entre praos, las pequeñas aves, como este verderón común (Chloris chloris), que daba una serenata también bastante importante, abundan.
Caminando caminando, uno se encuentra con los típicos parches de arbustos, como el laurel (Laurus nobilis), que hacen un excelente trabajo haciendo más habitables los pastizales para las aves, atrayendo insectos, creando un lecho para los nidos, y un largo etcétera que la ganadería "moderna" y las concentraciones parcelarias, se están cargando a pasos agigantados.
Y es que este ganado tan extraordinario (y que "acongoja" un poco cuando pasas a escasos metros de un toro como este) sería imposible de criar sin este hábitat privilegiado.
Seguramente alguna mente enferma esté investigando cómo sacar estas reses adelante estabuladas, o en terrenos más propicios para la ganadería "moderna", a base de pienso de soja, y cosas de esas. Yo solo digo desde aquí, que se pueden meter la carne de esos terneros donde les quepa, el sabor del ganado que pasta en unos terrenos tan ricos en vegetación natural, con miles de flores, sin pesticidas, y sometidos a la selección natural durante milenios, es irrepetible, y deberían dejar de estropear el invento.
¡Ganadería ecológica! Es la solución. Entiendo como "modernidad" (se me nota que soy un poco afrancesado) lo que no solo va hacia el futuro, sino también lo que va a mejor, y si lo moderno equivale a comer basura o estropear el paisaje, me vuelvo al siglo pasado...
Porque en los bordes de los caminos se encuentran, libres de basura química que harían imposible estas maravillas, muchas plantas anónimas que la agricultura planificada jamás respetaría, bellezas como esta orquidea tan preciosa. Una Serapias cordigera que me encantó ver de nuevo por estos parajes.
En fin, termino con esta 1ª parte con unas tarabillas comunes (Saxicola torquata), las había literalmente por docenas, y aunque su "Char, char" no es un trino muy melodioso, me encanta verlas.
En este caso un macho.
Y aquí la hembra.
Bueno, sigo en la próxima entrada, con más cosas interesantes, como alcaudones, mariposas que parecen de metal, azucenas de los Pirineos y otra hierbas...
Como lleves el telescopio a la playa, te echan de casa...
ResponderEliminarSaludos.
Y probablemente de la playa también, je, je...
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