En los acantilados de Llanes, en los
pastizales costeros que los bordean, crían una buena cantidad de aves
interesantes, por mucho que cierta alcaldesa diga, con no poca ignorancia y
mucho atrevimiento, que al no haber árboles, ¿dónde van a criar los pájaros? En
fin, tenemos los políticos que nos merecemos, supongo.
Ya os aviso que las fotos son espantosas en el
mejor de los casos, pero no había buena luz, la verdad es que ni buena ni mala,
hacía un día realmente desapacible.
A los paseriformes les daba igual, porque
cantaban de lo lindo.
Lo 1º que vimos fue un zarcero políglota (Hippolais polyglotta),
destacando con su trino bizarro y sus colores chillones entre los artos.
Oímos, pero no fotografiamos, buenas bandadas
de pardillos comunes (Carduelis
cannabina), y alguna alondra
(Alauda arvensis), y banditos más pequeños de verderón común (Chloris chloris), jilguero (Carduelis carduelis), pinzón vulgar (Fringilla coelebs), y algún mirlo común (Turdus merula), y petirrojos (Erithacus rubecula),
aislados.
Por los caminos, entre fincas, las huellas
delatoras de algún córvido.
Podían ser cornejas negras (Corvus corone), muy abundantes.
Seguían al ganado, que era vaca asturiana de la montaña, vamos, las casinas de toda la vida, ganado muy querido por quien esto escribe, sobre todo si es en forma de exquisitos filetes. En mi casa solo entra carne de ganado extensivo, es un poco más cara, pero merece la pena, y estamos contribuyendo no solo a salvar el hábitat en el que se alimentan, y en el que conviven con la plena naturaleza y sus habitantes, si no también a las propias razas autóctonas, que merecen después de milenios conviviendo con el paisaje, al menos, sobrevivir.
Y es que no hay nada más guapo que un xatu en libertad. Os dejo este enlace con una web de razas de ganado autóctono español, para que alucinéis con la enorme variedad de razas autóctonas que aún existen en España. Además de una hermosura, es un patrimonio genético, que tal y como están las cosas, no está como para desperdiciarlo.
Las zonas de pasto de este ganado no estabulado forman un patrimonio de biodiversidad nada desdeñable, y si se mantienen adecuadamente, proporcionan refugio y abono para muchas plantas y animales que de ellas se aprovechan.
Por ejemplo, una de mis flores más queridas, el gordolobo, creo que es la especie Verbascum pulverulentum, una planta grande y hermosa cuando florece.
O de la humilde viborera (Echium vulgare), otra de mis flores favoritas, ya que la usaba mucho cuando hacía cuadros artesanos con flores desecadas.
Las chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax), otro córvido que cría en estos altos acantilados, aunque nunca he visto su
nido.
Siguiéndolas, fueron a parar en una zona
escondida, que compartían con unas gaviotas
patiamarillas (Larus michahellis). No sé si estaban criando en su nido,
pero por si acaso, dimos la vuelta de inmediato, no fuese a estropearse la cría,
ya que era un terreno muy expuesto, y si nos acercásemos más, molestábamos.
Viendo a las chovas picar contra el viento entre los acantilados, entraba bastante envidia, ¡quién pudiera volar!
Estuve atento por si saltaba o trinaba algún roquero, pero no hubo suerte, sí eran abundantes los colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros). Premio para el que encuentre a una hembra vigilando a sus pitinos, que piaban alto y claro.
Entre las rocas, almohadas florales, entre el blanco y el rosa chillón, preciosas armerias.
Mis escasos conocimientos me impiden saber si son Armeria pubigera o Armeria maritima, creo que lo primero, pero sin garantías.
Las de esta foto, acompañadas del trébol blanco (Trifolium repens), una delicia para el ganado, y para el ganadero.
A pesar de la abundancia de flores, muy pocas mariposas. A excepción de las muchas esfinges colibrís (imposibles de fotografiar por su velocidad de vuelo con tan poca luz), que como dice Jorge Valella en su blog, han entrado en grandes cantidades en Asturias justo ahora, el resto de mariposas, escasas, solo las más generalistas, como esta maculada, o mariposa de muro (Pararge aegeria).
Casi tan generalistas estas mariposas como las gaviotas patiamarillas, que en este lugar aparecen en casi cualquier hábitat.
No encontré a las seguramente presentes currucas cabecinegras, sí a las abundantes familias de tarabilla común (Saxicola torquatus).
En la zona lindante con el ganado, muchos pero que muchos gorriones comunes (Passer domesticus), que en este hábitat tan variado, están en su salsa.
Bien es sabido que donde hay caballos, hay gorriones, que se aprovechan de los insectos y de las propias semillas no digeridas que lleva el estiércol. Y con caballos tan enormes como este, de los que ya se ven pocos en las explotaciones tradicionales que quedan, hay mucho que aprovechar para los gorriones.
Me apunto el primero en localizar a la Colirroja, je.
ResponderEliminarLa tienes al lado echándote la bronca y tardas un montón en verla, se mimetiza un montón con la roca desnuda. Hasta que despega y se le ve la colita...
EliminarBuena y variada hornada de fotos.
ResponderEliminarDe allí no te puedo agregar muchas especies de aves que no hayas visto ya, quizás alguna más puntual, pero más o menos esas especies que apuntas son las que se suelen dejarse ver por allí.
De los roqueros olvídate, en todos estos años, yo (al menos) nunca he visto ninguno por allá.
El paisano de la finca entre perros, burros, caballos de arrastre, cabras y el rebaño de casinas tiene un buen entretenimiento...jejeje
Siempre paro a la vuelta de la capilla a ver si encuentro algún gorrión extraño, a veces se juntan hasta casi 80.
Otra opción es bajar por el lado izdo. a la playa de cuevas del mar.
También siempre cae algo en los tamarindos de alrededor de la capilla.
un saludo!!
Hola, Juan.
EliminarEl paisano aprecía muy entretenido, además el perro que tiene lo va a volver loco, es pachón, pero no para, el demonio.
Lástima los roqueros, en otras zonas costeras sí se les ve, y presta un montón encontrarlos.
Sí que había mogollón de gorriones, lo que empieza a ser una rareza.
Sí que nos acercamos a la playa de Cuevas, pero en coche, porque el camino estaba bastante cerrao, y tal y como está mi esposa iba a ser un poco arriesgado...
Un claro ejemplo de que cualquier paseo por la naturaleza se convierte en una aventura fascinante cuando sabemos cómo mirarla. Enhorabuena
ResponderEliminarCualquier acntiladod e Llanes tiene más historia que el mejor de los zoos del mundo, y lo dice alguien que se pirra por los zoos.
EliminarHabría muchas tarabillas comunes, pero la de la foto es norteña (fíjate en la ceja blanca y otros rasgos ayudan en la identificación). Sin duda es una observación muy intresante. Estaría bien (si puedes) estar al loro por si se reproduce con éxito en la zona, a no ser de que ya tengas constancia de ello...
ResponderEliminarSalu2
Pues sí que las había, y por eso procesé la foto como un autómata. la foto es mala, pero podría ser una norteña, lo que no cuadra porque sí que se ven algunas en los pasos en la costa asturiana, pero que se reproduzcan, que yo sepa, no, tengo que consultarlo.
Eliminar¡Gracias por avisar!
Para saber si es armeria marítima hay que mirar la parte de abajo del tallo, pues también tiene pelos visibles (pubígera no los tiene en la parte de abajo). Al menos es lo que dice Flora Ibérica. Saludos.
ResponderEliminarMe lo apunto y lo comprobaré, gracias.
EliminarComo diría Forges, ¡Cuánto sabes, Morgan!
Hola, la tarabilla de la foto es Común como supusiste en un principio. La ceja y coloración de la cabeza de las Comunes es variable, pero la ceja de la Norteña es mucho mayor y el dorso mucho más claro. Sólo se ven por la costa en el paso de abril y de agosto a octubre en el de otoño.
ResponderEliminarSaludines del Yepaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Pues eso me temía, porque aunque sería una común bastante extraña, las norteñas no me cuadran en este ambiente.
EliminarEl año pasado participé en un estudio sobre las chovas piquirrojas y me tocó toda esa zona, desde San Antolín hasta casi Guadamía. La verdad es que lo pasé muy bien y flipé con el paisaje, la geología, las playas... un tramo costero realmente precioso y bastante bien conservado. Había que hacer tres controles y fuí once veces, casi todas desde la mañana al atardecer; estaba enganchado. En el área del Cabo San Antonio localicé varios nidos de piquirroja, en ubicaciones muy variopintas pero todas muy seguras. De aves, en general lo que comentas. Curruca zarcera y cabecinegra apenas encontré, y eso que la zona de prospección era amplia. Zarceros sí, al igual que Buscarlas pintojas. Roqueros ni soñarlo y desde luego el Colirrojo tizón es el rey de los acantilados. Este año he hecho un par de visitas y lo que más me sorprendió fue la abundancia de Jilgueros; una densidad realmente notable. En general me parece muy buen año para los fringílidos. La tarabilla esa sí que es rara, no sé qué pensar.
ResponderEliminarEn fin, tengo fijación por ese territorio y la zona de San Antonio es de las más carismáticas; tendré que volver un día de estos. Gracias por la entrada y perdona el rollazo.
Encantado por el rollazo, si sigues este blog ya te habrás dado cuenta que soy bastante rollista.
EliminarYo no conocía este tramo, sí el de Guadamía (que es espectacular especialmente en época de paso), y estoy enamorado, entre el paisaje que es genial (atento a mi siguiente entrada)y los bichejos, la verdad es que merece mucho la pena.
Un saludo.
La foto de la tarabilla es mala, y la luz, muy mala, y la verdad es que no le hice más fotos, así que no lo tengo claro, además en esta época sería muy raro que estuviese allí, si lo estuviese serían grandes noticias, porque no crían en la costa asturiana (en otros lugares sí)pero creo que es muy dudosa la cita como norteña, yo al menos la guardo en el cajón de las fotos raras.
ResponderEliminarLa tarabilla es claramente una común Saxicola torquatus. No resulta extraño que a veces muestren un atisbo de ceja pálida, sobre todo en el paso migratorio primaveral cuando pueden observarse ejemplares con plumaje aberrante y canto distinto a las autóctonas. Y además ahora empiezan a mudar el plumaje y muestran un aspecto más desaliñado, que pudiera ser el caso.
ResponderEliminarHola, fran, cuánto tiempo...sí que a veces se ven tarabillas comunes que parecen otra cosa, en todo caso la culpa es mía, porque la foto es mala de solemnidad, y así siempre hay líos, si la foto fuese buena, no habría dudas.
EliminarUn saludo.
Hola. Aterrizo aquí por causalidad a base de preguntarle a Google por fotos de Armeria, y por aquello de ponerle la guinda al pastel se me ocurre comentar que el trébol corresponde al Trifolium occidentale, una especie endémica de las costas atlánticas europeas, muy afín al ubicuo repens pero reconocible, aparte otros detalles más íntimos, porque le falta la media luna clara en los folíolos. Un cordial saludo.
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