jueves, 14 de enero de 2016

Viaje a Santoña: Ánades rabudos en las Marismas de Bengoa

Pues nada, tiramos hacia las Marismas de Bengoa, caminando por el borde del camino que comunica las naves industriales al Norte de Santoña con el Observatorio de Bengoa. Un paseo muy agradable.









Tuvimos que bordear toda la reserva de Santoña por el oeste debido a unas obras.














Al Sur, un paisaje guapísimo, y al telescopio veíamos decenas de barnaclas carinegras, demasiado lejanas, después las pillaríamos de lleno.



Al estar la marea muy baja, hacia el Sur casi no veíamos aves, pero hacia el Norte la cosa cambiaba mucho, disfrutando de una "patada" memorable.








Lo más abundante, los ánades rabudos (Anas acuta), nunca había visto tantos juntos, decenas.













Más lejanos y esquivos, los abundantísimos silbones europeos (Anas penelope), después los veríamos por miles.










Unos cuantos ejemplares de zampullín chico (Tachybaptus ruficollis).












Y al menos 1/2 docena de los simpáticos zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis). De los cuellirrojos, que se vieron algunos el mismo día aquí, nosotros, ni rastro, lástima.









De limícolas, los más abundantes, los zarapitos reales (Numenius arquata), con algunos ejemplares de zarapito trinador (Numenius phaeopus).


Cercanos, los andarríos chicos (Actitis hypoleucos).















Y pequeños grupos de archibebes comunes (Tringa totanus).











De gaviotas, menos de las que me esperaba, dominaban las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), con algunas cabecinegras dispersas.
















En el aire, grupos grandes de garcillas bueyeras (Bubulcus ibis), hacia los prados y el ganado.








Sin demasiado peligro para ellas, patrullaba un busardo ratonero (Buteo buteo).











Hablando de patrullar, al fondo, el enorme edificio del penal del Dueso, triste una cárcel en un paisaje tan idílico.










En los alrededores, 4 charranes patinegros (Sterna sandvicensis), cormoranes grandes, garcetas comunes, garzas reales, ánades azulones, fochas comunes...¡una maravilla!











Llegamos a nuestro objetivo, el observatorio, en el que, por la marea, no vimos casi nada.











En resumen, una marisma llena de vida y con mucho que ver.





















A la chavalería abundante que llevábamos con nosotros les encantó el paseo, y a los mayores nos sirvió para las grandes aventuras que nos esperaban en nuestra siguiente parada, en el puerto de Santoña.



2 comentarios:

  1. Ánades sombríos??????
    Creo que te equivocaste.

    Saludos

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    Respuestas
    1. Es una metedura de pata como un piano, por estar escribiendo la entrada con un ojo y tener el otro ojo leyendo los blogs amigos , se me cruzó el cable con vuestros híbridos de sombríos. Ya está cambiado.

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