jueves, 29 de septiembre de 2016

Cerru Piqueru: En el corazón de Redes

El Cerru Piqueru, en Caso, es la típica montaña que no tiene por sí misma demasiado interés, ni es una gran cima, ni es una belleza, y además tiene una fea caseta de antenas arriba. Pero las vistas que hay una vez llegados a la cumbre son de las que se te quedan grabadas para una temporada.

Se llega muy fácil en un par de horas, caminando por una pista, desde el desvío inmediato a la izquierda que hay en la carretera que une Campo de Caso e Infiesto.
Una vez arriba, lo primero que llama la atención es la vista sobre el Valle del Nalón, atravesando todo el concejo de Caso, las laderas deforestadas del Valdunes a mano izquierda, y con los enormes bosques del Monte Allande enfrente nuestro y haciendo contraste.

Es una maravilla este bosque, que sube toda la ladera en vertical y la sobrepasa hacia la Conyonada.
Mirando a nuestras espaldas, hacia el Oeste, tierras de Sobrescobio a lo lejos, con la Escrita y la Sierra del Crespón, pero sobre todo, enmarcando el embalse de Tanes, el Picu Cuyargayos y su continuación, el Cantu Caón, desplomándose sobre el embalse. El pueblo de Coballes, en 1er término.
Mirando más lejos, hacia el Este, hacia la Cordillera Cantábrica, un enorme cordal detiene la panorámica, es la frontera con Ponga, y aquí vemos varias cimas amigas, enmarcando los límites del Parque Natural de Redes, de oeste a este las más importantes son La Llambria o Peña Taranes, el Campigüeños y el Tiatordos. Casi nada.
Más doméstica e idílica, la Sierra de Cárdenas, ascendiendo hacia el Picu La Senda, a la derecha de la foto. 

Orlé como núcleo rural bajo este paisaje arcádico. Como siempre, esta composición, hecha con el teleobjetivo, engaña, ya que desde las casas a las cimas hay más de 1.000 metros de desnivel y varios kilómetros agotadores entre un auténtico laberinto de bosque y crestas.
Más lejos aún, al fondo, está el Tiatordos, irreconocible desde Caso. Se entrecruzan antes las Xerras de Cárdenas, Les Grayes, Busterosu...un bendito caos de cimas, valles y tremendas caídas entre ellas.
Desde luego, merece la pena subir y quedarse un buen rato disfrutando de un paisaje inigualable.

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