A finales de agosto me fui a caminar con mi
hijo en dirección al Valle de Xulió, en Caso, una zona espectacular en riqueza
natural y sobre todo en belleza.
Al final la vagancia nos hizo parar en la zona
de la Felguerina ,
pero lo pasamos muy bien.
Vimos muchas cosas, hoy empiezo con los
paxarinos, entre los cuales, el más abundante fue el trepador azul (Sitta
europaea).
Como podréis comprobar, el ser abundante y
encontrarlo en varios sitios, por ejemplo este ejemplar en un tronco, no
significa que sea fácil fotografiarlo, ya que se mueve constantemente, y
siempre a la sombra del bosque, por lo que es bien difícil atinar.
Este cazaba en un hábitat diferente, entre el
musgo, y con mucha eficacia.
Y este otro me lo encontré en un sitio bien
raro para esta ave, en el suelo de un camino.
Supongo que cazando las hormigas que en esta
época estaban muy activas por todas partes.
Acompañaba esta excursión al suelo del trepador azul un macho de
pinzón vulgar (Fringilla coelebs), que aunque de morfología bien diferente, si
os fijáis su diseño cromático es bastante similar.
Además del trepador, de nuevo me encontré,
lejanos, y en las perchas que tanto le gustan, al papamoscas gris (Muscicapa
striata), este año pude observar muchos, pero es solo una apreciación
personal.
Lo que siempre es abundante en el momento de
la excursión, al final del verano, es el petirrojo (Erithacus rubecula), en
versión juvenil, casi por todas partes.
Esta abundancia y facilidad de localización,
por desgracia para ellos, se verá autorregulada por lo fácil que resulta cazar
a estos jóvenes y por la fragilidad propia de esta edad, que en estos momentos
en los que escribo, cayendo las primeras nieves del otoño, se verá muy
claramente.
Y observándolo todo, incluídos a nosotros, la corneja negra (Corvus corone).
Y lo que a lo lejos tomé por una borla de plumas, resultó ser un trozo de la algodonosa cola de un lirón gris (Glis glis). No temáis, ya sea el depredador un azor, una marta o un gato montés, se quedaron con la cola en las zarpas, y el lirón, con esta estrategia, se quedó sin parte de su colita pero vivirá una temporada más. Eso sí, no es como en las lagartijas: los huesos de la cola no se regenerarán.
¡¡Ohhh!! Yo sólo he visto un trepador azul, este año por cierto. Preciosísimo y juguetón como el que más.
ResponderEliminarPero esa cola de lirón, da cosica, ¿eh? :P
Sí, parece que en cualquier momento iba a echar a correr sola...
EliminarEl lirón será dormilón, pero bien que espabila...
ResponderEliminarDicen que a la fuerza ahorcan, como para no correr...
EliminarSi que es difícil fotografiarlos, que me lo digan a mi que solo consigo algún que otro petirrojo. Enhorabuena.
ResponderEliminarEs que los petis están siempre encantados de posar.
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