Empezamos a describir, muy parcialmente las
plantitas que nos encontramos en este paseo, entre Caleao, a unos 750 msnm, y las cabañas de La Felguerina , aproximadamente en la cota 1.100 msnm.
Como es de esperar, la sucesión vegetal va
cambiando.
Empezamos por una franja alrededor del pueblo
en la que (inteligentemente), la cobertura arbórea dominante es la del castaño
(Castanea sativa). Lógico: proporcionaba (una pena tener que hablar en pasado)
madera de altísima calidad y durabilidad e hidratos de carbono para todo el
año, ya que además la castaña se secaba (la riquísima castaña maluca) y se
conservaba para cuando fuese necesario.
Y otro detalle: con ella alimentaban a los
gochos, que se soltaban en el bosque para que recuperasen las castañas y los
subproductos que no eran alcanzables por los lugareños, con lo que las
proteínas, indirectamente, también venían del castaño.
Intentar explicar el paisaje sin entender el
paisanaje es imposible en Asturias, como veis.
Alrededor del castaño prolifera una cohorte de
plantitas la mar de interesantes, como por ejemplo la clavelina (Dianthus hyssopifolius).
Abunda aquí la hierba de los pordioseros (Clematis vitalba).
Y el heléboro fétido (Heleborum foetidus).
En los pequeños praos que se forman en los claros del bosque, otras pratenses, como el trébol rojo (Trifolium pratensis).
O la escabiosa (Scabiosa columbaria).
Cuando subimos por la senda ya escasean los
castaños, y empieza la zona del roble albar (Quercus petraea), que aunque
también proporciona mucha bellota, era menos apreciada por el ganado, y su
madera, aunque excelente, era más difícil de trabajar, por tener más nudos y
recovecos que el castaño.
De entre los árboles que sirven de cohorte al
roble, una que me hizo especial ilusión: el olmo de montaña (Ulmus glabra). Como sabéis, por culpa de la grafiosis casi desaparecieron las poblaciones, tanto
urbanas como silvestres de este árbol por lo demás tan guapo.
Mi gran sorpresa
fue ver muchos árboles jóvenes, con las hojas asomando al camino durante muchos
centenares de metros, lo que, como poco, significa que el olmo sigue presente,
y quién sabe si recuperando su esplendor pasado.
Esta planta que veis, el muérdago, parasita y acaba matando a otros árboles. Vi algunas matas por algunos desgraciados troncos y ramas.
Un clásico de los cierres de seto vivo, el espino albar (Crataegus monogyna).
Y otro, indicador de humedad y tierra fértil, el fresno de hoja ancha (Fraxinius excelsior).
Bueno, seguimos mañana.
Y esto en otoño, imagino las que todavía estén adormecidas hasta la primavera...
ResponderEliminar¡Y que cantidad de vida bajo sus hojas...!
ResponderEliminarPues sigo la cadena:
ResponderEliminarTe notifico que he decidido distinguir tu labor con el premio “The Versatile Blogger Award”. Según las normas del mismo habrías de escribir un post donde indiques de quién lo recibiste, las siete características principales de tu propio blog y 15 blogs más a los que tú, a tu vez, desearías conceder dicho premio.
Aquí tienes el post que acabo de publicar con un enlace hacia tu blog:
http://florasilvestre.blogspot.com.es/2012/10/un-trozo-de-adn-que-muta.html
La escabiosa es una de las que busco para ver mariposas, a veces se pelean por ella.
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