jueves, 25 de octubre de 2012

Entre Caleao y la Felguerina (IV): Las últimas plantitas.

Que fotografié, porque haber, hay plantas como para aburrir.
Ya estamos en el territorio del haya (Fagus sylvatica), y el sotobosque escasea, aunque siempre se encuentran sorpresas, como este precioso hipérico (Hypericum androsaeum).













Las hayas siempre con formas extrañas, mágicas, y si te pilla la noche, impresionan esos brazos que se alzan al...no sigo, que luego tengo pesadillas.










Por fin saco un fruto comestible: el arándano (Vaccinium myrtillus).








Unas flores también llenas de elegancia, las campanillas (campanula patula). Creo.










Mismo color, mucha menos delicadeza, Daboecia cantabrica.








Y mínimo tamaño, mismo color también. Con reservas, galeópside (Galeopside sp.).









Y seguimos con el mismo tono de color rosa (curioso), creo que persicaria (Polygonum persicaria ).











Cambiando al amarillo, en los bordes del camino, hierba de Santiago (Senecio jacobeana).









En los arroyos (por aquella época secos), un sauce de montaña, el sargatillo (Salix eleagnos angustifolia ).






Increíble el estrés hídrico que debieron soportar este verano árboles como este, tan dependientes de las corrientes permanentes de agua.








Este otro sauce, o sarga cenicienta (Salix atrocinerea), sale casi en cualquier sitio, sin falta de la ribera de un río.











Otro árbol, muy ligado a la humedad, no solo del subsuelo, sino también de las nieblas que con sus anchas hojas destila, el tilo de hoja grande (Tillia platyphyllos).





Y termino con una que sí que sabe lo que es resistir, una planta crasa, la uña de gato (Sedum sediforme), sobreviviendo en las lleras.

He hecho auténticos esfuerzos por no meter la pata con las clasificaciones, si metí la pata, me avisáis, es la única manera de aprender.

Próxima entrada, paisajes (verdes y espectaculares, y mariposas).








2 comentarios:

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