lunes, 13 de abril de 2015

Flores que llaman la atención

En un paseo a la vera del río Nalón, la primavera sacude con rotundidad, cuando ya pensábamos que esa estación ya no existía.
Las flores del laurel cerezo (Prunus laurocerasus) son bonitas pero no se entienden hasta que no mete uno la nariz dentro de ellas (cuidado con las abejas). El olor es de los que no se olvidan, aunque solo llega plenamente cuando rebosan de néctar, entonces uno desearía que el universo entero oliese así (a mí me encantan los olores dulzones).
Si todavía encontráis algún árbol de esta especie, os lo recomiendo, merece la pena pararse.





Las otras flores, en este caso los pies femeninos, son las del sauce cabruno (Salix caprea), tan precoces que salen antes que las hojas, y en unas condiciones de frío que poco recuerdan a la primavera, tal resistencia, y la hinchazón que anuncia en ellas que en un mes estarán esparciendo sus semillas, nos recuerda que la naturaleza sigue, siempre, mecánicamente, contra todo mal, produciendo su simiente, muy ajena a nuestros procesos.








2 comentarios:

  1. Ah, y que se asilvestra mucho y es mucho más común que el loro, que casi no se conoce como autóctono de Asturias. Una buena diferencia es el color rojo de los pecíolos de las hojas del loro... Muy chulo el blog, por cierto.

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    1. Creo que no has podido enviar todo el texto, pero entiendo que me corriges la especie de pruno, que será, si no me equivoco, Prunus lauroceraus: ¡estás en lo cierto!
      Sí sabía que no eran autóctonos, son cultivados como ornamentales, aunque han prosperado en muchos sitios de Asturias, pero evidentemente me equivocaba de especie: lo corrijo.

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