Pues casi por cualquier prao con vacas de los alrededores de Gijón es un buen lugar para que "pasten" las garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).
Ya nos acostumbramos a verlas pasar las horas de luz en las afueras de la ciudad.
Hace unos años no sería en absoluto algo común. La expansión ha sido rápida y muy exitosa por la campiña costera asturiana.
Pero en cuanto baja un poco el Sol, los pequeños grupos que se aprovechan de los insectos que levanta el ganado despegan, se van juntando y duermen en un dormidero, en el caso de Gijón, uno enorme en el Parque Isabel, lo veremos en la próxima entrada.
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