

Viven una última explosión de individuos justo antes de que lleguen los fríos.


Otra muy abundante a principios de otoño es la níspola (Coenonympha pamphilus).
Cuando mariposas como la licena manto oscuro (Lycaena tytirus) desaparece de la vista lo hacen muchas veces de un día para otro, coincidiendo con los primeros temporales. dependiendo de la especie, pasarán el invierno hibernando como huevo, oruga, pupa o adulto.
Otras pueden prosperar en diferentes generaciones y reaparecer de manera activa como adultos a lo largo de todo el año, aunque ya no serán abundantes en otoño e invierno, dependiendo a veces de subidas temporales de la temperatura y de días soleados para volver a verse. Tal es el caso de la blanquita de la col (Pieris rapae).


En cuanto a las libélulas, es típica la irrupción de grandes cantidades en estas fechas de especies como Sympetrum sanguineum, en este caso una hembra, fijáos en que penoso estado está, serán las últimas que veamos.

Las más beneficiadas por esta última etapa de abundancia, las arañas de jardín (Araneus diadematus) , que viven un último festival en los praos en octubre.