Un viaje por las rías altas no podía estar completo para un amante a la ornitología sin parar en Cariño, donde nos encontramos con la mítica gaviota de Bonaparte (Chroicocephalus philadelphia) que ya nos encontramos el año pasado.
Tuvimos la suerte de que se moviese hacia nosotros, sin falta de tener que ir a molestarla.
Se la veía muy tranquila alimentándose en la línea de marea.
La seguían un buen número de sus primas, las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus).
Ya el año pasado nos encontramos con una gaviota cana (Larus canus), la del año pasado era una adulta, la de este año, un 1er invierno.
Igualmente muy calmada en sus movimientos.
Del resto de la gaviotada que había, nada de mayor interés, un buen puñado de gaviotas sombrías y patiamarillas (Larus fuscus / michahellis), ninguna anillada.
Y de nuevo, otro año más, un grupo de guapos ostreros (Haematopus ostralegus).
Como se ve en las fotos, igual de "estresados". Da gusto volver a Cariño y ver que todo sigue igual.
Y finalizamos con un par de charranes patinegros (Sterna sandvicensis) que nos sobrevolaron todo el tiempo.
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