Pues sí, hace exactamente 2 semanas nos juntamos unos cuantos socios de MAVEA, a la llamada de Juan Carlos y de la Asociación de vecinos de Tabornea (Illas) para colocar unas cuantas cajas-nido, y de paso hacer un poco de educación ambiental entre los pequeños vecinos del pueblo y alrededores.
Aprovechando la organización de la Asociación, en casa de Juancar ya teníamos una buena cantidad de herramienta preparada, y lo que es mejor, las tablas ya cortadas a medida por sus expertas manos.
Ahí es nada: las hicimos con recortes de madera de castaño, un lujo pa los paxarinos.
Cada monitor nos pusimos con un grupo de niños, enseguida nos dimos cuenta de lo mucho que les hace falta a estos niños de hoy en día actividades de este tipo que los saque de la play station y la wii, que seguramente les vengan muy bien para algunas cosas, pero que les impide madurar otras habilidades, y viendo su torpeza al coger un simple destornillador, se te cae el alma a los pies.
Pero bueno, con mucha paciencia por mi parte, y mucha ilusión por la suya, fueron saliendo las cajas, y la verdad es que nos quedaron muy bien, coquetísimas.
Los peques, muy orgullosos de su trabajo, y un poco dopados por los abundantes caramelos que se repartieron, estaban eufóricos, y posaron contentos con sus obras maestras.
Hubo un poco de charleta ambiental, incluyendo a este pobre tejón (Meles meles) macho, enorme, atropellado unas pocas horas antes en el pueblo, fue una manera de mantener la atención de la chavalería, sé yo de alguno de los críos, con apellido sospechosamente parecido al mío, que quería llevarse el tejón enterito para casa...criaturas...
Bueno, y al final, el momento culminante: la cuelga de las cajas. Nos fuimos pueblo abajo hacia el área recreativa, atravesando un interesante soto de ribera. Y fue Juancar colgando con mucho oficio las cajas.
Esto es, aunque no lo parezca, un inmenso avellano (Corylus avellana).
Y llegamos al final, habiendo cumplido todos los objetivos fijados antes de la actividad, estuvo muy bien.
Ahora solo falta que salgan las hojas, que lleguen los pájaros, y las ocupen, y que Juancar nos informe del éxito de nuestra actividad en cuanto a la aceptación de los inquilinos: los paxarinos. Veremos.
Buen reportaje Iván. Una pena que quedárias a la comida y a los juegos y fotos de la tarde. Se pasó el día volando de lo a gusto que estuvimos. Hay que repetir!!!
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