Me encontré muerto a este viejo alcatraz (Morus bassanus) en la playa de Zeluán hace unos días, y enseguida comprendí que hay creaciones tan perfectas que, aunque suene macabro decirlo, conservan su apacible belleza incluso después de muertas.
Una lástima, pero, al menos, alguien fue testigo de su gloria y de esta muerte serena, digna.
De lienzo prerrafaelita, de poema de lord Byron, de sinfonía de Ralph Vaughan Williams.
Sé que para muchas personas es complicado el tema; nacer, vivir y morir forman parte del proceso natural. Buen homenaje. Un saludo.
ResponderEliminarEn occidente, algunos viven muy obsesionados con la muerte. Nos aferramos a los símbolos y perdemos de vista la magia que todo lo transmuta...
ResponderEliminarA mi me transmite abandono... porque la belleza se encuentra en todo, si uno lo sabe ver más allá de la interpretación condicionada por culturas ajenas... no he visto nunca en vivo un alcatráz volando... pero si recogí a uno y estuvo en mi regazo hasta que lo soltamos... muchas pulgas... muchísimas... pobrecito... al menos este cuerpo ya no sentirá más sus picaduras :)
Cómo dicen los forenses: tras la muerte comienza la vida... jejeje
ResponderEliminarque guapos son pero que complicados es de ver tan cerca.
un saludo!!
Los forenses suelen ser poco dados a la poesía, pero sí, hay muchas cosas tras la muerte, es lo natural.
EliminarSon guapos guapos, yo los tengo visto a la misma distancia, y mejor vivos, jeje.