Es de todos sabido que los animales que juegan por simple placer suelen ser calificados como animales inteligentes y con cierto grado de capacidad reflexiva.
Había visto jugar a urracas, cornejas, cuervos y a gaviotas varias (un día os contaré la de la gaviota bombardero...) pero no a los cormoranes.
En Zeluán, hace unos días, me sorprendió ver a un cormorán grande (Phalacrocorax carbo) con una actividad frenética, que al principio pensé que sería por no poder tragarse una presa muy grande, una anguila, pensé.
Pero no, era un trozo largo de alga, que repetidamente dejó caer al agua, para volver a recuperarlo, izarlo a una roca, pelearse un poco con ella, y vuelta al principio.
Así unas cuantas veces.
Teniendo en cuenta el factor de aprendizaje que todo juego lleva implícito, y lo dificultoso y acrobático que les resulta a los cormoranes tragarse los a veces enormes y escurridizos peces de los que dependen, es perfectamente plausible que este "juego" sea fundamental como entrenamiento para su modo de vida.
Ya les atribuía cierta inteligencia cuando paso por Mieres y los veo colocados en las farolas de la autopista con el margen del río, a salvo de escopeteros. A ver si evolucionan y dan picotazos en las cabezas huecas. Un saludo
ResponderEliminarJeje, cierto, si diesen ese paso evolutivo me tendrían horas y horas sentado en una silla al borde de los ríos muriéndome de risa. Ojalá.
EliminarLas algas son ricas en minerales, este Cormorán sabe elegir juguetes muy nutritivos. Saludos.
ResponderEliminarY sabrosos, mis pescados fritos no son nada hasta que les pongo el suralgae en la harina del rebozo, es exquisito el resultado.
EliminarPor si teneis curiosidad y os gusta la buena cocina y las algas: http://suralgae.blogspot.com.es/
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