La playa de Gulpiyuri, más que hermosa, es
sorprendente.
Es el culmen de los fenómenos kársticos de la
costa Este asturiana, y está en Llanes, en la parroquia de Naves, desde la que
se puede hacer un agradable paseo que termine aquí.
Sin ser una playa para estarse una tarde
entera, no se puede uno morir sin conocerla, siempre es una sorpresa caminar
entre praos, y llegarse al borde de una enorme depresión, y,,,de repente…arena,
y el mar, pero, ¿dónde está el horizonte?
Y lo más importante: ¿dónde está el mar?
Pues tiene truco: el mar por debajo, y el agua
de lluvia, por encima, socavaron pacientemente el talud de roca caliza, y
acabaron permitiendo que el agua marina aflore desde el subsuelo, y de temporal
en temporal, ampliaron la oquedad y la llenaron con arena del subsuelo marino,
hasta formar este paisaje tan extraño como sugerente.
Como ya he dicho, es una curiosidad geológica
única y de lo más sugestiva, pero no la recomiendo más allá de darse un paseo,
y ver subir la marea a través del enorme sifón que la mantiene conectada con el
mar.
Porque, por desgracia, está muy saturada de visitantes,
especialmente en verano, y el ambiente puede llegar a ser muy agobiante. El día
que hice estas fotos, había una fauna de lo más variopinto, y lo peor de todo
es que la gente (por llamarla de alguna manera) mete literalmente los 4x4 hasta
la orilla de este monumento natural, que ya hace tiempo que debería limitar con
una barrera la entrada de vehículos.
Como curiosidad, se acercó una cabra, que me
imagino que se escapó de alguna explotación vecina. Los turistas, en su mayoría
urbanitas, por no sé qué extraña razón, pensaron que había que capturar a la
cabra y llamar al SEPRONA, cosa que es para reírse un buen rato, y la cosa es
que tanto agobiaron a la bicha que acabaron azuzándola unos tipejos con unos
perros y se bajó a la playa, para espanto de los tomadores de Sol. En ese
momento, decidí escapar de allí, ya había visto demasiado esperpento.
La cabra debió pensar lo mismo, porque regresó
a toda velocidad por donde vino. Quién la mandaría a ella
marchar de casa, con lo bien que se está…
Las cabras al parecer eran los otros, je, je...
ResponderEliminarSí, pero con todoterrenos y unos modelitos que ni en Ascott
EliminarQue maravilla de fotos Ivan!!!
ResponderEliminarRespecto a lo que dices de la cabra y los turistas...Habría que llamar a SEPRONA..SI !!!...pero para denunciar a los que le azuzaron los perros.
Saludos.
O al psiquiatra de guardia más cercano
EliminarHola amigo
ResponderEliminarDe los peores disgustos que me he llevado en cuanto a la evolución de los paisajes, el urbanismo y el comportamiento de las gentes (a peor claro esta) ha sido precisamente aqui, en este sitio.
Gulpiyuri era hace años un lugar casi secreto, que pocos conocían y que la gente que llegaba allá lo hacían con un tipo de conciencia.
Tampoco es que la gente que lo conociamos fuéramos una especie de secta, pero costaba llegar allá y había que hacerlo andando, y claro: eso era un buen filtro...
Han pasado lo años, y siempre que viene alguien a la casa de visita y propone ir allá, se me hace un nudo en el estómago ante lo que se me avecina y tengo la misma reacción que cuando tienes que ir a misa por un compromiso... jejeje porque sé lo que nos espera allá.
http://www.flickr.com/photos/juancho_vive/4536095272/
Sí, sé de lo que hablas. Yo adoro "mi" playa de San lorenzo, pero no bajaría a la arena de junio a septiembre ni por dinero, es una pena tanta morralla suelta.
EliminarEs bien guapa, te recomiendo en invierno, y con temporal, es alucinante
ResponderEliminarEs una playa preciosa, yo fui una vez, y tengo pensado volver para finales de octubre si el tiempo lo permite, espero que no haya mucha gente y que haya agua. Es lugar que merece la pena visitar :)
ResponderEliminarEs la mejor época, vacía de gente pero todavía con buena luz y buena temperatura.
Eliminar