Bueno, pues termino la serie, que a lo tonto pude exprimirla una semana, con esta preciosa aguja colipinta (Limosa lapponica), que además de guapa, era muy tranquila (cosa nada común en esta especie), lo que me proporcionó la oportunidad de retratarla con mucho relax y estatismo. Tanto, que no se movió ni una pluma, y esta fue la única pose que me presentó.
Próximo destino de la aguja colipinta, la taiga y la tundra del Norte de Europa. Que le vaya bien.
Y esto fue todo por ahí.
Hoy disfruté una especie de nirvana censando páxaros de campiña para MAVEA. No salieron grandes fotos (era casi de noche) pero intentaré a lo largo de la semana transmitiros lo que puede dar de sí un sábado de madrugón en la zona periurbana de Gijón.
Gracias, se pusieron todas a tiro sin muchas dificultades salvo la luz, que era muy floja.
ResponderEliminarLindos !
ResponderEliminarBeijos!