Al lago de Isoba, en león, en los alrededores del puerto de San Isidro, hacía años que no íbamos, y aunque hizo mucho calor, mereció la pena la excursión. Quedamos asombrados de la cantidad de mariposas que vimos, muy superior en número y diversidad respecto de la parte asturiana de la Cordillera Cantábrica. Por ejemplo, abundantes las niñas hocecillas (Plebejus argus).
Infinidad de mariposas de la familia nymphalidae, las más destacables la muy escasa en Asturias medioluto ibérica (Melanergia lachesis).
Sin duda las muy suaves pendientes de esta vertiente, a pesar de la altitud de la montaña, favorece una vegetación más proclive para las mariposas y otros insectos.
A la orilla del lago se estaba muy ricamente, y pudimos disfrutar de una buena concentración de especies.
De libélulas, por ejemplo, el brillante metálico Lestes sponsa.
Subiendo de tamaño, la Sympetrum sanguineum.
Patrullando y compitiendo con la Anax imperator, que no pude fotografiar, la Orthetrum cancellatum, un macho.
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