

El recorrido, muy sencillo y completo abarcaba primero una dehesa típica de encinas, y posteriormente, un embalse y sus áreas inundables aledañas. Una buena combinación.

Evidentemente, en un parque creado para las grullas, vimos grullas (Grus grus), aunque no demasiadas.

Aunque algunos grupos se alimentaban de bellotas en el encinar, eran más las que nos cruzaban por el cielo en dirección a los arrozales cercanos.

Como su nombre indica, la dehesa es un terreno bastante abierto con herbáceas, algo de monte bajo, y encinas esparcidas en baja densidad.

En todo momento el recorrido era fácil de seguir y con indicaciones.

Muchos pajarillos en el camino, como los abundantes gorriones morunos /Passer hispanoliensis)...


...trigueros (Emberiza calandra)....

...esto de aquí es un pechiazul (Luscinia svecica), al que no le dio la gana de salir del enramado...

...tarabillas comunes (Saxicola rubicola)...

...colirrojos tizones (Phoenichuros ochruros)...

...alcaudón real (Lanius meridionalis)...

...o curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala).

Entre los depredadores, vimos aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus), un macho...

...y una hembra de aguilucho pálido (Circus cyaneus).

Una vez en la periferia del embalse, empezamos a ver aves más acuáticas, como las garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).

Y llegados al embalse, la gran sorpresa, que nadie del grupo se esperaba.


Además, había gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), gaviotas sombrías, ánades azulones (Anas platyrhynchos) y frisos, porrón europeo, zampullín chico y somormujo lavanco.
Sin duda una ruta bien aprovechada.