Como os comentaba, pasamos a la playa de Gueirúa, que tal vez por su popularidad en los últimos años entre turistas y fotógrafos ha visto muy ampliada su pista de descenso, por lo que os pongo por dónde entrar con coche y con seguridad: https://www.google.es/maps/dir/Gij%C3%B3n/43.5585641,-6.3067813/@43.5591131,-6.3085911,591m/data=!3m1!1e3!4m9!4m8!1m5!1m1!1s0xd367c66cbf494bf:0xbd06d207048d3536!2m2!1d-5.6611195!2d43.5322015!1m0!3e0
Desde este punto se baja perfectamente.
Poco se puede añadir de una playa archifamosa para cualquier fotógrafo de paisajes en Asturias y cuyas fotos decoran calendarios, revistas y galerías.
Recorrer en marea baja su espacio intermareal resulta una gozada, apareciendo especies animales y algas raras en otros puntos, y es que el flisch hace que se adentre mar adentro una gran superficie de roquedo lleno de charcos, y la densidad de vida en ellos es muy elevada.
Si además nos acercamos a la gran roca que marca el espacio de roquedo por la derecha nos encontraremos con la sorpresa de una cetárea abandonada que todavía, si cabe, aumentará la curiosidad de esta playa tan espectacular en lo paisajístico como en lo biológico.
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