Me encontré en una tarde fantástica de Sol en el Rinconín a un despistado macho de negrón común (Melanitta nigra), comiendo en el pedreru.
Tenía un resol importante, y, la verdad, no veía nada, así que tenía que pararme a ver en la pantalla lo que estaba viendo.
Y lo que veía me gustaba, ya que aparentaba, por el bulbo amarillo en el pico, poder ser un negrón americano.
Pero un par de giros de cabeza a izquierda y derecha me bajaron de la nube, demasiado negro en ese pico, que, curiosamente, tenía un desarrollo asimétrico del color, más anaranjado a un lado que al otro.
Acostumbrados como estamos a ver sobre todo hembras y juveniles de esta especie, fue refrescante ver a un macho tan cerca.
Y como vino, se fue...
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