Lo único que parece explicarlo a bote pronto es la persistencia de las altas temperaturas y los anticiclones, que puede que hayan trastocado la migración habitual, haciéndola más escasa y más al interior del mar. No lo sé, solo sé que vimos muy pocas pardelas este otoño, y las que vimos, de las pequeñas, como esta pardela sombría (Puffinus grisseus).
Menos de una docena llegué a ver en esta salida.
De pardelas grandes, un solo ejemplar (tremendo) de pardela capirotada (Puffinus gravis).
Y un par de ejemplares muy lejanos de pardela cenicienta (Calonectris diomedea). De las pequeñas, ni una balear o pichoneta, no fue nuestro día.
Poquísimas, pero has sacado unas fotos muy buenas.
ResponderEliminarAdemás me imagino que sea difícil pillarlas bien.
Saludos desde León
¡Qué va! Son malísimas, comparadas con las de otros años en los que salían pardelas a patadas y bien cerca, ay qué otoño tan malo para marinas por ahora.
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