martes, 19 de agosto de 2014

Por la Bahía de Cádiz (III): Pequeños dragones benefactores.

En nuestra casita alquilada en Pago del Humo, disfrutamos de la hospitalidad de 2 pequeños reptiles que se pusieron las botas con los insectos que atraían nuestras barbacoas y las noches de tertulia a la luz de la terracita con nuestros amigos.

Una, muy amigable, era la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), con un aspectosauriano un poco amenazador, que se paseaba por las ventanas en vertical como si fuese arte de magia.














La otra, mucho más tímida, más chiquitina y de aspecto gomoso extravagante con los ojos grandes y su color rosado, era la salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus), que andaba más por los huecos de paredes, techo, y, como en este caso, captada con el móvil con escaso arte, en la valla del garaje cuando me levantaba con el alba a observar limícolas a las salinas.





La de ronchas y picores que nos habrán ahorrado con sus festines de insectos.

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