Una manera bien guapa de ir a la playa es escoger alguna de las playas todavía salvajes de Asturias y en vez de aparcar el coche a la orilla, caminar un poco para disfrutar del corto camino.
Este es el caso de la playa de Barayo, que disfruta de protección como uno de las pocos complejos costeros relativamente inalterados de Asturias. Bajamos desde la margen de Valdés, un camino corto pero precioso.
Al ser plena primavera, vimos algunas mariposas típicas de esta época, la más abundante, la limonera (Gonepteryx rhamni), las había por docenas.
Otra muy abundante, la blanca esbelta (Leptidea sinapis).
Finalizando con las pieridae, la blanca verdinervada (Pieris napi).
De nymphalidae, 2 muy frecuentes, la atalanta (Vanessa atalanta)...
...y la pavo real (Inachis io).
Así que disfrutamos de un perfecto día de playa, hicimos algo de ejercicio, y además descubrimos algo de naturaleza, un buen plan creo.
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