
Si tengo que apuntar un lugar como sorpresivo en la realización de las cuadrículas del programa SACRE de la SEO, diría que las Brañas del Xorru, en Grao, ha sido el lugar donde más aves me he encontrado sin esperar encontrármelas.
Unas brañas muy bien conservadas, con varios tipos de ecosistema, con pinar de repoblación, manchas autóctonas de frondosas, prados, tojares, y algunas explotaciones ganaderas extensivas, una combinación muy buena para especies como el
alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio).
2 territorios colindantes con reproducción asegurada, todo un éxito para una especie en regresión en Asturias.
Muy abundante también el
bisbita arbóreo (Anthus trivialis).
No me esperaba encontrar aquí al
herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), pero lo vi en varios grupos, y atendiendo a más de un posible nido.
¡Qué peligro anidar al lado de los alcaudones!
Y no sólo ellos, también varias rapaces como gavilán común, azor y este
halcón peregrino (Falco peregrinus) patrullaron en algún momento la zona.
No parecía importarle demasiado a la familia de
tarabillas comunes (Saxicola rubicola) residente.
Ni al
zarcero políglota (Hippolais polyglotta) que no callaba ni un minuto.
Infinitamente más discreto en sonido, pero no evidentemente en plumaje, era el
camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula).

Alguna pareja suelta también del
escribano soteño (Emberiza cirlus). A su primo el cerillo lo vería más tarde, en Santa Cristina.
Un valioso dato de
papamoscas gris (Muscicapa striata), que no estaba registrado en el anterior atlas.
Y termino con un curioso trío de
chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) que no me esperaba aquí.

Aparte de estas chovas, varias especies más que no me esperaba aquí registrar esta primavera como la perdiz roja, la oropéndola, el torcecuello y alguna más: un lugar en definitiva magnífico.