Durante una visita más espiritual que científica al Jardín Botánico Atlántico de Gijón, con los amigo de MAVEA, pudimos disfrutar de un retazo sacado del olvido de 50 años de lo que debió ser un bosque eutrofo costero en Asturias, lleno de árboles inmensos, especies variadas, un enmarañado sotobosque y lianas por todas partes. La sensación de andar por esta isla en el tiempo y en el espacio, olvidándome de coches y carreteras, de trabajos y preocupaciones, y al lado de gente que valora las mismas maravillas, es difícil de describir con palabras, así que recurro de nuevo al arte poético japonés, el haiku, siempre tan socorrido en su capacidad de expresar belleza en 3 líneas.
En este caso, en la pluma inspirada en este arte del gran poeta Francisco Basallote, tomados de su obra "En los senderos del Bosque". Excelsa, os la recomiendo.
El árbol solo.
Yo le hago compañía
cuando atardece
La luz desciende
en esplendor dorado,
bosque encendido
Conmigo va
a mi compás, mi sombra,
no me abandona
Entre los árboles
los oscuros senderos,
¡salta la sombra!
Un rayo de luz
en el prado florido,
canta el pájaro
El viento pasa
entre los chopos secos,
lo oyes silbar
Brilla en la rama,
el solitario destello
de una flor
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