A finales de enero, durante un fin de semana con un fuerte temporal, disfruté de una mañana muy agradable, ornitológicamente hablando, en el fondo de saco de la ría del Eo entre Salías y la Llinera.
Lo más interesante, 3 hembras de porrón bastardo (Aythya marila), de las cuales una estaba sorprendentemente fuera del agua.
Al verla fuera del agua me di cuenta del gran tamaño de estos porrones, poco menores que los abundantes ánades azulones (Anas platyrynchos) que la rodeaban.
Los otros 2 ejemplares se encontraban, muy lejanos, a mitad de la ensenada, luchando con las olas.
Rodeadas de un buen bando de ánades frisos (Mareca strepera).
Los
ánades rabudos (Anas acuta) estaban aún más lejos.
Además, un solitario macho de porrón moñudo (Aythya fuligula).
Ya en el observatorio de Salías, un buen bando de espátulas euroasiáticas (Platalea leucorodia).
Un lujo disfrutarlas tan cerca sin ser visto.
Al lado, un grupete de
garcetas comunes (Egretta garzetta) en una curiosa disposición geométrica.
En dirección a Castropol, un montón de garzas reales (Ardea cinerea).
De limícolas, unas cuantos
zarapitos trinadores (Numenius phaeopus).
También un par de archibebes claros (Tringa nebularia) y de andarríos chicos (Actitis hypoleucos).
De gaviotas, no podía fallar un
gavión atlántico (Larus marinus) junto a las
gaviotas sombrías y patiamarillas (Larus fuscus / michahellis).
Y la nota de color la dio el
martín pescador (Alcedo atthis).