En cada migración hacia el Norte (prenupcial)
hay aves que bien por pachorra, por no tener impulso reproductor (juveniles),
por enfermedad o debilidad, o simplemente por haber perdido a su grupo, se
quedan rezagados.
Así, cada verano en Gijón se queda un pequeño
muestrario de aves que prolongan su invernada, y se convierten en veraneantes.
De lo que aquí os traigo, del parque Isabel,
algunos simplemente se retrasan en su salida, y otros se quedarán. Valgan de muestra unas fotos de estos días.



Bienvenidos son estos veraneantes que rompen la monotonía de los humedales vacíos en verano en Asturias y que preludian el otoño y la vuelta de sus compañeros.
Es que aquí tienen lo que a muchos les falta; el pan asegurado. Un saludo
ResponderEliminarSí, y bastante tranquilidad.
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