lunes, 31 de diciembre de 2018

Más gaviotas argenteas por Gijón

Siguieron llegando gaviotas argenteas (Larus argentatus) a la playa de San Lorenzo de Gijón en diciembre. Esta adulta tan estilizada que me recordó a una Delaware seguramente sea un segundo invierno.









Y esta otra acampó en el puerto pesquero del Musel, será un 1er invierno.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Lavanderas invernantes

2 son los tipos principales de lavanderas que pasan el invierno en el litoral gijonés.

La más llamativa es la lavandera blanca enlutada (Motacilla alba yarrellii), que desde las Islas Británicas se distribuye abundantemente por la ciudad.










Algunos ejemplares como los dos habituales del parque Isabel muy agradables de seguir ya que no son tan asustadizas como la variedad nominal.












Destacan a simple vista entre las mucho más abundantes lavanderas blancas invernantes europeas con un plumaje mucho más oscuro.











Las otras lavanderas que bajan de ríos y valles del interior hasta el Parque Isabel, la desembocadura del Piles, y la propia costa y sus pedreros, es la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), mucho más esquiva.

sábado, 29 de diciembre de 2018

Anillas de noviembre

Durante el mes de noviembre fue avanzando el ritmo de lectura de gaviotas anilladas.
Pongo algunos ejemplos de los que dispongo de buena foto.
Empezando por las gaviotas sombrías (Larus fuscus), tenemos a J+R, se la ve por todo Gijón. Anillada por Peter Rock en Bristol, Inglaterra, donde fue recogida enferma en el 2015, está divinamente ahora mismo.







Otra sombría enfermita, 20W:C, escocesa, recogida de juvenil en julio del año pasado, también muy vista por Gijón todo el otoño.











Holandesas vimos unas cuantas, las más frecuentes, 2C, anillada al sur de Holanda el año pasado, es una gijonesa habitual este 2018, con el paréntesis veraniego.










Otra holandesa con una de esas peculiares y difíciles de leer anillas en tibia es 13, muy vista también por todos los gavioteros gijoneses,  anillada en 2015, desde su primer invierno no ha parado de venir a Gijón y volver a Holanda en verano.







En noviembre vimos mucho a la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) JCR0, en lugares tan inverosímiles como aparcamientos y el cole de mi hija, comiendo migas de los bocatas de los críos.
Anillada de pollo en Noruega en el 2016, desde entonces tienes decenas de avistamientos en Asturias, y salvo los iniciales de pollo en Noruega y uno de vuelta a Asturias este otoño en Holanda, no sabemos dónde pasa los veranos. Desde luego, el invierno, en Gijón, y muy a gusto.


Gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus), vimos muy pocas en noviembre para lo que es habitual. Por ejemplo, yo vi a 3HPE, y seguimos viéndola todo el mes de diciembre Rufo, César y yo.
Es belga, anillada ya de adulta en 2015, y sigue religiosamente la ruta atlántica cada año, desde Astruias hacia el NE, pasando por Francia, en dirección a su lugar natal, para pasar el verano.





Otra belga, 3148, la vi una única ocasión, venía desde el norte, habiendo sido anillada de adulta esta misma primavera de 2018.












3320 sí que se quedó un poco más en Gijón, y la pudo ver Rufo también. Misma historia vital que la anterior.








Las francesas han sido las que más nos han esquivado este otoño, posiblemente, y como hipótesis, no hayan bajado a España todavía aprovechando el inusual clima cálido que está habiendo este otoño en el Atlántico europeo. Pocas vistas, como esta RJ7T, anillada en 2016 de pollo, y 2018 es el primer invierno que se la controla fuera de Francia, vista también por Rufo.













Sí que están llegando más húngaras de lo habitual, por ejemplo, vimos a H6L8, anillada en Hungría en 2014 de pollo, enseguida salió directa hacia las colonias de cría de Holanda, en cuyos alrededores anduvo hasta que cruzó a Inglaterra este otoño de 2018, allí estuvo hasta mediados de noviembre y de ahí vino a parar a Gijón, una única vez la vimos Rufo y yo en el Rinconín.








De gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), me abstengo de poner los historiales de gaviotas locales, ya que son muchos, dejo aquí a una gaviota mediterránea, PLJT, anillada esta temporada de pollo en el Delta del Ebro.

viernes, 28 de diciembre de 2018

Ánsares careto y común, tarro blanco, aguilucho lagunero...buscando caminos por Cabu Peñes

Tuve un encuentro no buscado en Cabu Peñes con un trío de lo más heterogéneo compuesto por un ánsar careto (Anser albifrons), un ánsar común (Anser anser), y un tarro blanco (Tadorna tadorna). De derecha a izquierda en la foto.





La verdad es que salí desde el faro de Cabu Peñes al amanecer, con el paisaje en mente, buscando la manera de bajar a las playas en su base, no fue fácil.

















De camino me encontré a un macho de aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus) en la penumbra, con un silencio sepulcral, los pájaros supongo que muertos de miedo y pegados al suelo.








La salida del sol me permitió observar el Cabo Negro en la cercanía con buena luz.










En los rastrojos, centenares de pájaros apurando los restos y a los insectos que también se los comen. La tarabilla común (Saxicola rubicola) entre los más activos y madrugadores.










Un bando de chorlitos dorados (Pluvialis apricaria), sin decidirse a aterrizar.












Parece mentira poder ver el Aramo, y todavía más lejos, al fondo, el Macizo de Peña Ubiña, en la divisoria con León, desde la tierra más septentrional de Asturias.

El maíz no recogido tenía un aspecto fantasmagórico pero muy fotogénico.















Y de camino a la bajada a los acantilados, me tropecé con la fugaz visión aérea de los 3 gansos, espantados por un fotógrafo.









Hubiese preferido no verlos en estas circunstancias, levantados una y otra vez para que alguien pueda  obtener una foto cada vez más cercana y molesta. No tiene sentido.




Y sí, al final llegué a mi objetivo, con mucho cuidado pude ir bajando a los confines de Peñes y bajar hasta la playa, primero vi el sector de la Centollera...













...y después a la misma base del Cabu Peñes, La Cubil. Premonitoriamente evité bajar la última gran laja hasta la arena ya que estaba lloviendo y estaba mojado. De haberme atrevido, hubiese adelantado un par de semanas la futura fractura de mis costillas. Para estas cosas, mejor después que antes.



martes, 25 de diciembre de 2018

Gaviotas argenteas de otoño

Gijón siempre fue un punto caliente para las gaviotas argenteas (Larus argentatus) durante el invierno.
Este otoño se vieron ya unas cuantas, y eso que todavía no llegó el frío. La mayoría son primeros o segundos inviernos, pero también llega alguna espléndida adulta, como estos 2 ejemplares que traigo hoy.










Esperemos que venga un invierno fuerte y nos traiga muchas más como estas dos.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Nueva Tabarca

Desde Alicante cogimos el ferry a la isla de Nueva Tabarca, pocas veces en un espacio tan pequeño lo pasamos tan bien, en tan poco tiempo.

Esta pequeña isla al sureste de Alicante tiene una peculiar historia, ya que fue repoblada con colonos genoveses expulsados en época medieval de dominios conquistados por los otomanos. Como se ve en la foto, la cercanía de la costa alicantina es máxima, tardamos menos de una hora en el barco que nos llevó, una travesía muy animada.

La isla dispone de un pequeño puerto desde el que los visitantes nos dirigíamos bien hacia los abundantes restaurantes, bien hacia los maravillosos miradores, o bien hacia el pueblo, que es muy pintoresco.
Estar en un lugar sin asfalto, con calles de tierra y con un ritmo lento para todo es un lujo hoy en día.










Como el horario de retirada de los transportes era a las 17 horas, tuvimos que patear mucho para poder disfrutarlo todo, y lo conseguimos.











Aunque no hay playas de arena, la costa ofrecía paisajes preciosos a cada curva del paisaje.










El extremo este es particularmente dramático, con salientes rocosos hacia el horizonte, más allá, Argelia.



















A pesar de la aridez del terreno, que provocó el abandono de la isla por sus habitantes en más de una ocasión, pudimos observar muchas aves, como estorninos negros, tarabilla común, mosquitero común, petirrojo, gorriones comunes, colirrojo tizón...perseguidos por un precioso halcón de Eleonora de morfo claro que nos deleitó con sus lances de caza.
Hacia el Este estaban los mejores lugares para las aves marinas, entre las que pudimos ver numerosos cormoranes moñudos de la raza mediterránea, cormoranes grandes, gaviotas patiamarillas, y un par de vuelvepiedras.










Además de la arquitectura tan original de las casas marineras, pudimos observar tres elementos arquitectónicos inusuales para una isla tan pequeña, empezando por el faro...

















...el fortín defensivo...













...y la maravillosa iglesia barroca del S. XVIII de San Pedro y San Pablo.













Si lo aderezamos con un exquisito arroz caldoso con marisco local no se le puede pedir más a paraíso tan minúsculo.

sábado, 22 de diciembre de 2018

Una escapada a Alicante

Estuvimos en la provincia de Alicante en verano, pero nos quedó la ciudad que da nombre a la provincia sin conocer, así que aprovechamos el puente de todos los santos para ver todo lo posible en un par de días.

Nos quedó mucho por disfrutar pero algo vimos, para empezar el puerto deportivo, que es enorme y muy paseable.

El Castell de Santa Bàrbara siempre de fondo.















Después del puerto fuimos a la playa urbana del Postiguet, abarrotada de gente, muchos bañándose, es que hacía un día casi de verano pese a las fechas.

El casco histórico es muy agradable de pasear, vibrante de gente por ser festivo, entramos en la Concatedral, aunque el interior no era espectacular, merece la pena conocerla.










La visita más impresionante fue la subida en ascensor (toda una obra de ingeniería) al castell, desde el interior mismo de la colina. Una vez arriba, las vistas son de quitar el aliento, sobre la propia ciudad está claro porqué pusieron ahí el castillo.

El dominio es absoluto, hacia el Norte hasta las montañas y hacia el Cap de l'Hort.

El castillo en sí es muy interesante, y alberga un museo que te informa de los muchos cambios que sufrió a lo largo de su historia.










Después bajamos andando desde el castillo hacia el museo arqueológico, echamos varias horas, tal era el interés y la abundancia de piezas de la exposición, la verdad es que merece la pena la visita, y se aprende de un vistazo la historia de todo el Levante español.

Lo dicho: esta ciudad nos encantó, y eso que solamente fueron unas horas de visita.