jueves, 21 de diciembre de 2017

Amaneceres en Cabu Peñes


Hace tiempo que tengo la costumbre de salir de noche cerrada de casa para que me pille la salida del Sol en mis lugares de pajareo.











Merece la pena madrugar y ver cómo sale el Sol estando en completa soledad.


















Es difícil explicarlo con palabras pero uno se olvida de casi todo ante la explosión de luz que sale desde Gijón y va invadiendo tus pupilas.

No aporta ninguna ventaja para ver más pájaros pero sí suelen estar más activos y confiados, y me cuesta un montón sacarles fotos decentes por la escasa luz, incluso con un faro todavía activo al lado...












La atmósfera limpia, nítida y libre de ruidos me hace concentrarme hacia dentro y hacia fuera y ser consciente de tanta belleza.













También, por contraste, de la falta de ella una vez que empiezan a llegar los coches, los ruidos, las discusiones...seguiré madrugando y disfrutando de la quietud del amanecer yo sólo.



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