sábado, 12 de marzo de 2016

Fotografía inverosímil: jugando con el teleobjetivo.

Estos días de viento fuerte, cielos limpios y momentos en los que las nubes filtran la luz y forman un telón de fondo para las montañas que asoman durante unos segundos en el horizonte, son ideales para hacer algunas jugarretas con el teleobjetivo, que como ya sabéis, comprime mucho los elementos en una imagen, y favorece hacer ciertos trucos, pero siempre sin ninguna manipulación de la imagen.




Esta foto, por ejemplo, es REAL, es decir, es lo que había en el visor, tenemos Torrecerredo (2.648 msnm), y el Macizo central de los Picos de Europa, encuadrada junto a una buena perspectiva de Gijón, desde el Cerro de Santa Catalina, y un poco detrás, la playa de San Lorenzo, el estadio del Molinón, el Hospital de Cabueñes, la Universidad laboral, y la campiña del concejo.
Si además le metemos un poco de fotochó y acentuamos las  luces, tendremos unos efectos muy dramáticos.

Y tan simple como poner el encuadre adecuado, conocer algún término de profundidad de campo, y lo más difícil, encontrar el día adecuado.





Como veis en la foto hecha con el objetivo de focal corta 1' después, una misma imagen puede dar lugar a fotografías muy diferentes.

Desde el Musel, nos encontramos con lo mismo: el Macizo de Peña Ubiña asoma brevemente, y el reflejo de la luz en las nubes de fondo obran el efecto óptico de hacer cercanas montañas que están a casi 100 kms de distancia.









Y con el teleobjetivo, talmente parece que estén al lado.






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