viernes, 25 de marzo de 2016

Las últimas anillas del invierno

Buen invierno de anillas, os pongo algunas de las muchas leídas, todas llevaría muchas entradas. Empezamos con las gaviotas locales, como las patiamarillas cantábricas asturianas (Larus michahellis lusitanicus):
AM8B es una pati rescatada hace 2 años cuando era un pollo, seguramente por el bueno de Xuanín, en algún tejado o patio interior de Gijón.













AM8S como veis es de la misma edad, y por el código de la anilla, podéis ver que fue rescatada en las mismas circunstancias.













AN6C, un 1er invierno como veis por el plumaje, anillada de pollo de la colonia del puerto del Musel.









AN5G, también es fácil viendo ese dorso ver su edad, un 1er invierno, como curiosidad, esta gaviota y la anterior se vieron en la Piscifactoría de Xove, en Lugo, por la misma persona, Antonio Salazar, como buenas patis cantábricas, seguramente sea lo más lejos que vuelen en sus vidas.

Todas estas patis, vistas en la playa de San Lorenzo de Gijón.







Cambiamos de palo, a gaviotas sombrías (Larus fuscus), empezando por 2 vistas en San Cibrao, Lugo, la 1ª 0AW6, de las Islas del Canal, anillada por Paul Veron, tiene al menos 7 inviernos, vista entre la isla de Guernsey, Portugal y la costa gallega.












Otra con el mismo punto inicial de anillamiento, es 8AT6, misma edad teórica, y avistada entre Guernsey, Huelva y Galicia.










Un clásico de los últimos inviernos gijoneses es M+A, de Peter Rock, inglesa, seguramente ya ande de camino de vuelta a casa. Peter quedó en avisarme si criaba este año otra vez por Gloucester.












(Naranja)B1 fue un visto y no visto en una tormenta en Gijón, pero el medio segundo que la pude ver mereció la pena, es una sombría holandesa que al menos tiene 15 años de edad, dada la veteranía, se la ha visto mucho, por insignes gavioteros como Roland Jan Buijs en Holanda, Antonio Méndez en Huelva y Antonio Gutiérrez en Galicia.







Otra holandesa muy vista este invierno en Zeluán es 7.T, famosa por su habilidad cascando mejillones.










Esta guapa noruega es J431H, un primer invierno, fuera de Noruega sólo se le conoce esta breve visita a Gijón.













Anillada de pollo el año pasado en el área de Bergen.















De gaviotas pequeñas, multitud de gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus), ahora que se han ido la mayoría, las echo de menos, porque se leían a puñados. Esta PRU3 es polaca, se la ha visto fuera de su lugar de anillamiento inicial, por Galicia, donde fue captada por Antonio López Porto, con el que comparto unas cuantas lecturas de cabecinegras.




Francesas, un porrón de ellas, por ejemplo 8M5,  anillada en el río Sena, va a hacer 5 años, vista también por Galicia, y aquí en Asturias por el lector por excelencia de cabecinegras en Asturias, César Fernández.
















1U7, como veis por el plumaje, un 2º invierno, en su juventud ya es una consumada viajera, con avistamientos en Marruecos, Málaga y ahora ya estará de vuelta en la región de Vendée.






RN22, vista el mismo día junto a César, estrena muda de adulta y también se la ha visto en Málaga.














RS42, del mismo día en el Rinconín de Xixón, entre Francia y Asturias en sus 4 años de vida, vista por César, y por Pin en Bañugues.








Termino con una foto doble, la belga 3ALE también se prepara para su primera estación reproductora, con un historial muy corto de avistamientos entre Francia y Asturias, ya la pilló César el año pasado.

En la misma foto, AKJZ, alemana, de Pionierinsel, 8 añitos, vista por muchos ornitólogos asturianos, y también en Francia, Alemania e Inglaterra.






Bueno, la cosa irá decayendo, se acaba la temporada alta de anillas, habrá que esperar a que vuelvan los fríos.

martes, 22 de marzo de 2016

Por el Bosque de Teboyas: Un pequeño milagro.

Fuimos una veintena de amigos de MAVEA a redescubrir un pequeño bosque relíctico en medio de la nada, y algunos salimos fascinados y un poco epatados con tanta maravilla concentrada en tan poca superficie, apenas 2 hectáreas.



















Una pequeña isla rodeada de eucaliptos y justo al lado de una autopista, nadie pensaría que dentro el aislamiento y la casualidad hayan hecho que este rodal lleve centenares de años inalterado.











Al acercarse nada presagiaba lo que nos esperaba dentro.











Pero a los pocos pasos ya estaba claro lo inusual de un bosque intacto, el suelo no era de tierra, era de materia vegetal.







La hiedra (Hedera helix) lo invadía todo...















...troncos muertos, sin retirar, puentes vegetales entre una y otra generación de seres vivos, inalterados por el hombre, así es un bosque de verdad...











...no predomina ninguna especie sobre otra, árboles que se funden ...













...especies como el abedul (Betula celtiberica) que iniciaron hace muchas décadas la conquista del terreno y ahora mueren dejando paso a especies más selectas...












...y las epífitas, por todas partes, tapizando cada tronco, así son los bosques de verdad, así eran los bosques costeros cuando aún no existía el hombre, y todos deberíamos tener derecho a ver durante nuestras vidas cómo es un bosque cuando se le deja crecer...











...musgos, hongos, líquenes, auténticas lianas que hacía mucho tiempo que no veía prosperar de esta manera, todo un espectáculo...




























...esculturas vivas, hechas de savia y de tiempo...



















...ahora los niños ya no entienden porque se llamaban selvas  a los bosques cantábricos, este pequeño retazo de la selva astur que algún día cubrió toda la costa en un inmenso bosque mixto y que ahora sólo vemos en ínfimas reliquias que deberían ser protegidas como auténticos tesoros vegetales que guardan el espíritu de lo que fuimos...






















...da auténtica pena que se pida limpiar el bosque, dejar el suelo liso, limpio, los troncos limpios, lisos, destrozar este espectáculo tridimensional que sobrecoge, un horror vacui que no permite el paso de la luz, una carrera por crecer más y prosperar, llenando una humilde colina de vida y mil tonos diferentes de verde.















Nada sobra: del nido del busardo ratonero (Buteo buteo) cae la muerte...







...y enseguida todo se aprovecha, los descomponedores visten en estos bosques climácicos sus mejores galas, en este caso el enigmático Clathrus ruber, tan exótico como parece...










...alimento para delicadezas como la celidonia menor (Ranunculus ficaria)...












...o de monstruosos acebos (Ilex aquifolium), de un tamaño impresionante, posiblemente el mejor pie del concejo.









Libres del hacha, del fuego y del ladrillo, los en otros sitios arbustos o arbolillos, aquí desarrollan todo su potencial, y se transforman en árboles de 15 metros de alto, aunque no siempre crezcan hacia arriba, laureles (Laurus nobilis) sin nada que interrumpa su esplendor...









...produciendo miles de nuevas semillas, no hay más truco que sacar de la tierra lo mejor y devolverlo todavía más aromático, más nutritivo, más hermoso...






...la mezcla insólita de un suelo bien drenado, un sustrato pizarroso, un clima templado y sin heladas  y una altísima pluviosidad dan como resultado un bosque mixto y mestizo, con una orla vegetal propia del bosque termófilo, como el aladierno (Rhamnus alaternus)...













..o la zarzaparrilla (Smilax aspera), que no oculta la falta puramente coyuntural de la encina cantábrica en este bosque, que o bien estuvo, o bien estaría en otras circunstancias edafológicas...













...todo ello rodeado de especies más comunes al bosque asturiano, como el espino albar (Crataegus monogyna)...








...el heléboro (Helleborus sp.)...













...o la lechetrezna de bosque (Euphorbia amygdaloides).












Uno parece querer ver señales de arcanas sabidurías y viejos peligros en la belleza y la singularidad del contraste del siempreverde de los engañosos filocladios del rusco (Ruscus aculeatus) y sus frutos llenos de rutósidos acechando a los niños demasiado intrépidos. Una belleza que huye de la luz y gusta de la penumbra.






Pese a lo pequeño del espacio, tantas revueltas, subidas, bajadas, quiebros, ramas por todas partes, hacen que se pierda el sentido de las dimensiones, todo parece menos plano, más íntimamente complejo, se mira en todas direcciones y no hay nada que sea, anguloso, sencillo, que se deje dominar de un vistazo, todo invita a mirar con calma. Da igual mirar hacia arriba detrás de las lianas...











..que hacia abajo, todo crece en lentas espirales de Fibonacci, áureas, geometrías divinas.












Todo templo tiene su altar, su tótem, este bosque, por supuesto, lo tiene, lleno de contrafuertes y con una bóveda central que recoge todo el esplendor de la luz del Sol, que es a lo que aspira cualquier espiritualidad sincera.










Y allí finalizamos nuestro viaje íntimo, a los pies de un roble carbayo (Quercus robur) de más de 20 metros de altura, una copa descomunal, y que seguramente ya era un buen árbol cuando la Revolución Francesa.




























Lo dicho: un milagro, más viendo cómo evolucionó últimamente todo alrededor de esta pequeña isla vegetal, desde hace 15 años, cuando era un paisaje rural más...









...hasta que a punto estuvo de sucumbir al desarrollismo y la velocidad hace una década...












...y aquí estamos a día de hoy...pura posmodernidad, una joya inexplorada, desconocida, apenas catalogada, un lugar de obligado conocimiento que en realidad sería mejor que todos desconociésemos para seguir otros 250 años virgen, de no ser porque lo que no se conoce no se protege, y lo que no te sobrecoge no se defiende. Todo rodeado de una autopista, de la industria pesada, de millones de eucaliptos y de grandes ciudades llenas de gente que no se pregunta nada, que no le interesa nada, que no siente nada.






Yo sí sentí algo parecido cuando de niño recorrí los laberintos recónditos del Tragamón, que sobrevivió a auténticas atrocidades hasta que la cordura y la presión popular lo conviertieron en el jardín Botánico Atlántico de Gijón . No se pide tanto con este pequeño regalo de la casualidad catastral que ha conservado esta maravilla, pero al menos me conformaría con pensar que ya que sobrevivió todo este tiempo, se ha ganado el derecho a seguir disimulando su interior durante varios siglos más. Todo es ponerse.